Áreas marinas protegidas del Golfo de California no prohíben pesca de arrastre

Sin embargo, la mayor parte se sitúan lejos de zonas de captura de camarón, en la que se utiliza esta arte de pesca
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La Paz, Baja California Sur (BCS).  Las áreas marinas protegidas colindantes con el Golfo de California, la mayoría de estas, no fueron ideadas para contrarrestar la pesca de arrastre, actividad considerada a nivel mundial como una de las principales causas del deterioro de especies de flora y fauna marina.  Sin embargo, las áreas no limitan de forma importante el acceso a zonas tradicionales de pesca de arrastre

Lo anterior es una de las conclusiones de la investigación Áreas marinas protegidas del Golfo de California para mitigar los efectos de la pesca de arrastre en la biodiversidad: Limitaciones y propuesta de nuevo enfoque, de Luis Bourillón y Jorge Torre.

Para entender a que se enfrentan estas zonas, uno de los productos o pesquería que más se obtienen, mediante la captura a escala industrial del camarón, es decir, son varias toneladas son extraídas durante la temporada en el Golfo de California o en sus inmediaciones.

Una de las formas de atrapar el camarón, más común, es la pesca de arrastre. Es una enorme red en forma de cono o calcetín que se remolca desde una embarcación manteniéndola abierta. De esta forma, todo lo que encuentra a su paso queda atrapado en el interior de la red.

“El deterioro de las poblaciones de camarón y de peces es una amenaza aún mayor que el alza de los combustibles, y el sector tiene en las áreas de no pesca una herramienta que no ha sido utilizada y puede ser muy poderosa”, explican los investigadores.

Precisamente, en lado del pacífico, la pesca de arrastre ha sido denunciada por pescadores de puerto San Carlos, en Bahía Magdalena, en Comondú. Aseguran que las enormes flotillas de otros estados arrasan, cada temporada, con el recurso marino. Denuncian pesca de callo de hacha, almeja Catarina y camarón.

“Existen ciertas pesquerías en las que sería útil asignar derechos exclusivos de uso pesquero restringido a ciertas áreas geográficas, de manera que existan incentivos económicos para pescar de forma sustentable y cuidar que las especies se reproduzcan y crezcan, siempre y cuando lo beneficios puedan ser capturados por los propietarios de esos derechos”, explican los expertos.

Lo anterior refiere a la creación de una zona de no pesca dentro de las áreas naturales protegidas, porque en total es mínima las franjas costeras protegidas. Por ejemplo, Bahía de Loreto, la zona marina mide 1,820 kilómetros cuadrados y sólo no se permite la pesca en 1.5 kilómetros cuadrados.

“Solo tres de las doce áreas consideran de forma directa la protección de algún animal, planta o ambiente sobre el que tiene un impacto potencial la pesca industrial de arrastre […] Las áreas marinas protegidas del Golfo de California definitivamente no impiden el acceso a la pesca comercial (con arrastre de fondo y demás métodos) en este importante y productivo cuerpo de agua”, puntualizó la investigación que, a su vez, propone mejorar las reglamentación de las mismas.


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