Áreas naturales protegidas no despojan de sus tierras a los dueños: Niparajá

Protección de Sierra La Giganta y Guadalupe no atenta, aseguró Francisco Olmos, contra el derecho de propiedad ejidal
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Fotografía: Miguel Ángel de la Cueva

La Paz, Baja California Sur (BCS).  “La respuesta es básica y sencilla: no hay, cero, ninguna afectación en los derechos de la propiedad de los habitantes de Sierra La Giganta y Guadalupe”, recalcó Francisco Olmos García, coordinador de Programa de Conservación de Tierras de Sociedad de Historia Natural Niparajá.

El comentario lo emitió tras la confusión que se generó en torno al aviso de declaración de Reserva de la Biosfera Sierra La Giganta y Guadalupe. “¿Cómo creen que un área natural protegida les quita sus tierras?”, resaltó luego de un pequeño grupo de ejidatarios se ha manifestado en contra del proceso de consulta pública que fue anunciado el 26 de junio en el Diario Oficial de Federación (DOF).

En ningún momento, manifestó, se ha ignorado a los ejidatarios. Por el contrario, desde 2008, se llevaron a cabo múltiples reuniones entre rancheros para informar sobre la creación de un área natural protegida basado en un Estudio Previo Justificativo (EJP). La Comisión Nacional de Áreas naturales Protegidas (Conanp) es la encargada de promulgar un resolutivo positivo o negativo sobre el documento (EPJ).

“Es justo en ese momento en el que se pone a disposición al público en general; a parir de entonces comienza el proceso de consulta pública y termina cuando se involucre a todos los sectores”, explicó.

El documento EPJ demuestra los valores ambientales, culturales y sociales que sirven de argumento para impulsar una relación hombre-naturaleza que, dentro las metas del consejo formado por científicos, expertos de las ciencias sociales, autoridades de los tres órdenes de gobierno y sociedad civil,  acaben con la tendencia que registró el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI): 710 personas dejaron las rancherías.

Las comunidades se interesaron en la defensa de sus predios. A la par, Niparajá inició un proceso de participación social que consistió en tres etapas.

La primera generó Comités de Representación Regional; el segundo convocó a personas que habitan cinco reservas de las biosferas en México, quienes se congregaron con los rancheros de Sierra La Giganta y Guadalupe en el Foro de Intercambio de Experiencias: Viviendo en Áreas Naturales Protegidas.  Por último, los líderes de los poblados regresaron a informar sobre el conocimiento adquirido.

“Hicimos este estudios social paralelo al Estudio Previo Justificativo para consultar a las comunidades de ejidatarios y fue un plus que la ley no pide”, precisó.

Las actividades productivas como la agricultura o ganadería, que se generan en el territorio que comprende un millón 600 mil hectáreas que se pretenden conservar, serán respetadas. Incluso, dijo, se mejorará  su modo de vida mediante con una focalización de los programas federales concentrados en la Semarnat, Sagarpa, Conafor y Conanp.

La zona núcleo, franja de de 25 mil hectáreas de mayor importancia natural por la presencia de venado, puma y comunidades de vegetación prioritaria, es el único lugar en el que se realizará únicamente investigación y turismo de bajo impacto. Se localiza a 1,500 metros por encima del nivel del mar, “y es inaccesible”.

Por otra parte, las zonas de amortiguamiento constituyen el 98 por ciento. Aquí será posible continuar con las actividades productivas o marcadas como zonas de uso tradicional. De acuerdo al artículo 47 bis 1 de la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente se establece:

Mediante las declaratorias de las áreas naturales protegidas, podrán establecerse una o más zonas núcleo y de amortiguamiento, según sea el caso, las cuales a su vez, podrán estar conformadas por una o más subzonas, que se determinarán mediante el programa de manejo correspondiente, de acuerdo a la categoría de manejo que se les asigne.”

Con lo anterior, Olmos García, argumentó que los pobladores no serían despojados por supuestos intereses externos a través de organizaciones filantrópicas o de caridad de grandes millonarios.


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