La Paz, Baja California Sur (BCS). Con un presupuesto de 380 millones de pesos, para un periodo de 4 años, un total de 9 instituciones de México y 2 extranjeras trabajan en la construcción del primer clúster de bioturbosina del país, informó la Academía Mexicana de Ciencias (AMC).
Este combustible podría ayudar a reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) dado a que proviene de materia orgánica o animal y su proceso de producción es sustentable, informó el responsable técnico del proyecto, David Ríos Jara.
Las investigaciones se encuentran a cargo del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (Cibnor) en La Paz; así como del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) en Culiacán, Sinaloa; y del Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica (IPICYT) en San Luis Potosí.
Los científicos determinaron que las plantas oleaginosas ─que poseen aceites y grasas─ como la jatropha y la higuerilla los cuales son la biomasa más conveniente para generar el producto. Por ello, se implementa el sistema de producción sostenible de jatropha curcas, con el uso de aguas negras tratadas o aguas grises, en 3 zonas del estado de Baja California Sur, localizados en Los Planes y Ejido Centenario en La Paz, así como el Ejido Zaragoza, en el municipio de Comondú, abarcando una superficie total de 20 hectáreas (has).
Cibnor La Paz participa en el proyecto del Clúster de Bioturbosina, a través de su programa de Agricultura en Zonas Áridas, donde su personal científico, técnico y estudiantes, desarrollan trabajos que permiten crear las bases para el desarrollo de plantaciones suficientes para la obtención de aceites.
Los trabajos de investigación experimental se enfocarán en conocer el efecto de las láminas de riego mínimo necesario al cultivo, así como densidades de población, manejo del cultivo y lo necesario para establecer protocolos en la producción de biomasa de plantas Jatropha curcas (pinón mexicano) y Ricinus communis (higuerilla) en climas áridos de Baja California Sur, como alternativa a la estrategia nacional en producción de biomasas.
De igual forma, de manera colateral a la producción del biocombustible, se prevé que se podría crear una alternativa para la reconversión productiva de tierras improductivas con recursos de aguas no aptos en la producción de alimentos. Tal es el caso de aguas negras colectadas en los sistemas de drenaje en las poblaciones antes referidas.
Finalmente, Ríos Jara indicó que se encuentran en desarrollo 2 tecnologías de transformación, una de las cuales involucra el aprovechamiento de residuos lignocelulósicos, que utiliza todo el bagazo de las plantas para obtener azúcares, posteriormente alcoholes y finalmente bioturbosina.
La segunda opción es un proceso que parte de aceites que se extraen de plantas oleaginosas para transformarlo en bioturbosina.
Con información de Reforma/ Cibnor
