El güero de las donas: historia viva de La Paz

Ha vendido donas y dulces a personajes como Capulina, Cinthya Klitbo y Jorge Reynoso
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La Paz, Baja California Sur (BCS).- Con 57 años anunciando a gritos por todos los rincones de La Paz: ¡donas!, ¡empanadas de queso!, don Antonio Lucero Bareño, también conocido como “El güero de las donas”, es parte viva de la historia de nuestra ciudad.

Según nos cuenta Isabela Hernández Martínez, mejor conocida como doña Chabelita, que por 40 años ha estado a su lado en la vendimia de pan, don Toño era un joven inteligente y prometedor que iba derechito a médico o abogado, hasta que fue atropellado por un auto en Tijuana, su ciudad natal, y una grave herida en la cabeza lo dejó “como un niño”.

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“Él llevaba muy buenos estudios, él no iba a ser vendedor de pan, pero lo atropelló un carro allá en Tijuana y le partió toda la cabeza. Le dijeron a los papás que si vivía iba a quedar loco o como un niño, y quedó como un niño […] Yo lo recogí de la calle, porque andábamos los dos solos y yo me sentía muy sola y me encontré con él y empezamos a hacer amistad y con los años nos hizo la familia que nos casáramos, pero vivimos como compañeritos nomás, como amiguitos”.

Hace apenas un par de años, el mítico güero de las donas llegaba a todas las playas cargado de charolas –Pichilingue, El Tecolote, El Tesoro, Balandra-, pero un padecimiento en las rodillas, aunado a las inclemencias de la edad, hoy no le permite más que permanecer en su tradicional punto de venta, frente a Sears centro. Él se define como un “vendedor ambulante”, dejando bien claro, para sorpresa de muchos, que no se encarga de preparar las deliciosas donas que vende, sino únicamente de venderlas para “una señora que las hace en su casa”.

Las memorias las tiene doña Chabelita, pues las limitaciones del güero lo mantienen disperso y viviendo prácticamente en el presente, así ella recuerda como una de las experiencias más curiosas en sus días de venta la ocasión en que El Circo de Capulina visitó La Paz, “por allá de 1990”.

“Fuimos al circo y ahí lo conoció, entonces Capulina le compró donas a todos sus trabajadores. Al otro día, cuando Capulina se iba, se encontró a Antonio como a las once de la mañana con su charola de pan, y que le agarra no sé cuántas donas y le dice: ‘¡cuando yo vuelva te las pago!’, es un recuerdo muy bonito”, muestra la señora Hernández, evocando también el día que en Tijuana, Cynthia Klitbo les compró un chocolate, porque en aquella ciudad vendían chicles, chocolates y periódico, al igual que el actor Jorge Reynoso “lo alivianó con un dinero”.

Desde 2010 la pareja no vuelve a Tijuana, donde solían refugiarse del calor paceño pasando seis meses en la frontera, pues las enfermedades de Chabelita la han debilitado y justo ese año cayó en un coma de varios meses, del que se recuperó poco a poco pero conservando secuelas.

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Ahora esperan solamente que la vida les sonría dándoles clientes suficientes, como en los tiempos que vendían hasta 400 donas al día, aunque  hoy vendan menos de la mitad en las mejores temporadas.


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Profe Armando Rosas
Invitado
Profe Armando Rosas
9 años hace

Bonita HISTORIA; muy CONMOVEDORA

jose castro
Invitado
jose castro
9 años hace

pense que este señor tenia una hija, anda una muchacha vendiendo igual que el en la calle gritando

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