Estudiante de la UABCS investiga microalgas para mejorar alimentación de ostión japonés

La investigación se lleva a cabo por el alumno de posgrado en Ciencias Marinas y Costeras, Macario Sabín Amador, quien comentó que entre las principales ventajas de las microalgas locales, están la facilidad con la que pueden ser cultivadas fuera del mar
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La Paz, Baja California Sur (BCS). En la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS) se lleva a cabo una investigación en la que se busca determinar cuál es el aporte que tienen distintos tipos de microalgas extraídos de la bahía de La Paz en la alimentación de larvas de ostión japonés; con objeto de conocer si ofrecen mejores resultados frente a las especies que actualmente se usan para tales fines.

La investigación se lleva a cabo por el alumno de posgrado en Ciencias Marinas y Costeras, Macario Sabín Amador, quien comentó que entre las principales ventajas de las microalgas locales, están la facilidad con la que pueden ser cultivadas fuera del mar, a través del uso de instalaciones especializadas para el acuacultivo.

“En comparación con las algas empleadas tradicionalmente, las especies extraídas de la bahía de La Paz crecen de manera rápida en climas áridos y no requieren ambientes regulados para mantenerlas con vida; además, se sabe que poseen altos contenidos nutrimentales benéficos”, dijo.

Macario Sabín Amador, estudiante de Posgrado de la UABCS

En este estudio, un grupo de estas microalgas son aisladas y suministradas directamente a las larvas; mientras que otro de los grupos será enriquecido con bacterias probióticas aisladas del propio ostión japonés, para observar el efecto de cada uno de los tratamientos.

Luego de esta etapa, el estudiante de la UABCS enviará muestras de RNA extraídas de las larvas de ostión a un laboratorio especializado en técnicas de secuenciación; con la finalidad de conocer qué genes se expresan en cada tratamiento con microalgas y al momento de un ataque bacteriano.

“Si encontramos los genes que se activan cuando sucede lo anterior, podríamos inferir qué tipo de moléculas produce el organismo para defenderse ante la llegada de un patógeno. También queremos averiguar si estas microalgas locales aportan algunos nutrientes para que puedan llevar a cabo una transcripción de genes de mejor manera”.

El joven universitario asegura que las larvas pierden en promedio un 70 u 80% de sus reservas energéticas cuando intentan fijarse a una superficie por medio de la creación de un órgano denominado “pie”; en ese momento, es cuando estos organismos se encuentran vulnerables frente a ataques bacterianos, al no tener un sistema inmunológico fuerte.

Según Macario Sabín, de cada 100,000 larvas, sólo un 30% de los ejemplares logra sobrevivir o alcanzar los estándares de calidad adecuados, lo cual genera pérdidas para los productores de ostión; por lo que este estudio pretende generar mayor información que contribuya a mejorar el cultivo de este organismo, debido a que actualmente la producción de semillas es deficiente.


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