‘La Vaquita del Arámburo’ en La Paz, un ícono en el comercio sudcaliforniano

La famosa 'Vaquita' es de San Diego, EU, y tiene casi 40 años de residencia en La Paz
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La Paz, Baja California Sur (BCS). Procedente de San Diego, California, y llegando a su casi 40 aniversario, la «Vaquita del Arámburo», se ha convertido en todo un ícono comercial sudcaliforniano, soportando toda clase de desastres naturales, sol, lluvia, y adversidades; Jorge Meza, encargado de Mercados Arámburo sucursal Forjadores relató su historia para BCS Noticias.

“Es el ícono de la buena carne que vende Súper Mercados Arámburo. Tiene aproximadamente 40 años ahí, la segunda generación de la familia Arámburo Mendoza, que fue don Héctor Arámburo, la adquirió como un objeto que le llama la atención en Estados Unidos —específicamente en San Diego— y la identificó con la carne, que siempre hemos vendido carne de calidad Sonora. La compraron en un lugar donde vendían cosas para carnicería, que era donde don Héctor Arámburo compraba cosas semi nuevas para la tienda y dentro de esas cosas identificó a la vaca y le llamó la atención,  fue un pago significativo el que le pidieron, casi se la regalaron, porque realmente no tenía un precio, como que se querían deshacer de ella porque pensaban que no la iban a vender. Don Héctor la relacionó mucho con la carne que vendemos, y  decidió ponerla en la sucursal de Madero. Han pasado ciclones, creo que incluso le tocó el huracán Lisa, Odile y otros más, y sigue ahí», comentó.

El encargado relató que cuando don Héctor llegó a la ciudad con la vaca, causó mucha curiosidad, «parecía un chiste», dijo, «y todavía ponerla arriba de la tienda, en una estructura especial, imagínate; yo creo que él nunca pensó el impacto que iba a tener», aseguró.

vaquita

Posteriormente, la «Vaquita» — que en realidad es un toro— fue ganándose el cariño de los paceños, de tal forma, que los dueños de Arámburo planean poner otras esculturas en las diferentes sucursales; el éxito de esto, mencionó, es gracias a la dedicación de sus vestuarios, su acertada temporalidad, y el mantenimiento que, afirman, se le da por lo menos una vez al año.

«Déjame decirte que no es una vaca, la gente le dice así porque no la puede ver de abajo, pero es un novillo (un toro castrado) que es el que usan para engorda, de donde sacan la mayoría de la carne […] Nosotros siempre procuramos  tenerla a la ocasión, a la temporalidad, le vamos cambiando, y a la gente le gusta, la percibe, tanto que nosotros ya hemos pensado en colocar alguna en las otras tiendas, obviamente no serían iguales, pero lo más parecido que se pueda;  ya es nuestro ícono y sabemos que eso nos identifica con nuestros clientes» .

Jorge Meza comentó que es una escultura hecha en Estados Unidos, construida a base de fibra de vidrio, y empotrada en estructuras de metal sostenida con cables de acero a tensión, por eso su alta durabilidad.

«Se tuvieron que hacer algunas modificaciones cuando llegó la vaquita, en las marquesinas del mercado, para poner a la vaquita entonces se colocaron los polines de perfil tubular rectangular de acero (PTR)y sobre ese PTR tiene unas argollas del mismo material, y está tensada con unos cables de acero, y es por eso que no le ha pasado nada. No le ha afectado el sol, nosotros tratamos de mantenerla pintada y limpia, ha sido el mantenimiento y estarla cuidando, se le da mantenimiento una vez al año, el Odile no le hizo nada, incluso, fue motivo de burla en redes sociales», dijo.

Debido a su popularidad, varios negocios a los alrededores de la sucursal Madero –en el Centro Histórico de La Paz– han intentado  colocar figuras similares, desde un becerrito hasta un puerco, pero según el encargado, no ha representado ningún tipo de amenaza al local, al contrario, comenta, gracias a esto, los dueños están considerando el proceso de la patente para la figura icónica.

«Vimos algunos que adoptaron un cochinito, por ahí enfrente, pero se lo llevó Odile. Eso  fue motivo de burla en redes sociales, porque ese sí lo tiró el huracán, y a la vaca nada le hizo, respecto al becerrito que está a contra esquina, muchos dicen que es el hijo de la vaquita, y creen que nosotros lo pusimos, pero no,  es un restaurante que puso por ahí por un cliente de la tienda, pero no tiene nada que ver con nosotros. Gracias a esta competencia que se ha venido presentando los Señores Arámburo ya están pensando en patentar la figura de la vaquita, ya patentamos nuestros colores, el tono de verde y de magenta, así como el logo y la tipografía».

Hoy en día, la famosa Vaquita, espera la navidad, con su disfraz de Santa Claus, robando las miradas de todos los visitantes del centro, que según comenta el encargado, «no pueden evitar el voltear para arriba y tomarle fotografías, ya es algo muy nuestro», finalizó.


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