La Paz, Baja California Sur (BCS). El Albergue para Mujeres Víctimas de Violencia de Mamá Benita abrió un centro de acopio de útiles escolares para los 22 pequeños alojados, que van del kínder hasta la secundaria. El recinto se encuentra sobre el boulevard Francisco J. Mújica, esquina con calle Delta.
Benita Sabino Morales, mejor conocida como Mamá Benita, es directora del albergue que por 10 años, recién cumplidos el pasado 28 de julio, ha ofrecido ayuda a mujeres con SIDA, jornaleros, madres violentadas, pequeños abandonados y ancianos desamparados. El lugar nació de sus inmensas ganas de echar una mano a mujeres desvalidas, como ella alguna vez lo fue.
“Fue un sueño mío. Yo soy una mujer víctima de violencia, vengo de Puebla, me vine a esconder aquí con mis hijos, todos estaban chiquillos y demandaba yo al papá de ellos pero no funcionaba, no es como ahora que sí los meten a la cárcel, gracias a Dios, antes no. Pasé mucho tiempo enferma con bronquitis asmática, todos los años llegaba al hospital casi muriendo, y pensaba ‘cómo no hay un lugar donde ayuden a la mujer y cuiden a los hijos, un apoyo’. Ya pasaron veinte años de eso y diez desde que inicié el albergue”.
En el albergue se ven problemáticas diversas, desde mujeres víctimas de privación de libertad hasta niños abandonados por su color de piel o violados por sus padrastros, por lo que Mamá Benita ofrece también asistencia psicológica a través de dos colaboradores profesionales, al igual que ayuda espiritual, mientras que algunas de las madres albergadas enseñan oficios y artes a los más pequeños.
El Albergue para Mujeres Víctimas de Violencia se sostiene principalmente de la venta de raspados y churros elaborados por las nueve madres que viven ahí, así como por la propia señora Sabino Morales, de quien se repite la receta, sin embargo también reciben ayuda de la comunidad y grupos humanitarios independientes, incluso de algunos políticos, pero en el tiempo que lleva trabajando sólo ha recibido un soporte gubernamental, a pesar de peticiones y oficios solicitando algún auxilio, que fue hace cerca de tres años, cuando el Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (SEDIF) otorgó 280 despensas.
Hoy, que cuentan con sala infantil, dormitorio, comedor, cocina, baños y patio, van por un segundo piso para albergar más niños y mujeres, sin esperar dádivas, confiando únicamente en el trabajo y “la caridad de Dios”. La última vez que se acercó a instancias gubernamentales, recuerda Benita Sabino, le negaron ayuda argumentando: “usted ya tiene demasiado”.
El acopio de útiles escolares se prolongará toda la primera semana de clases, de las nueve de la mañana a las nueve de la noche; lo que más se necesita en estos momentos son mochilas, cuadernos, lápices, juegos de geometría y bolígrafos.