La Paz, Baja California Sur (BCS). Brenda Lizeth Amao Carballo, ingeniera civil y miembro del Colegio de Ingenieros en Baja California Sur, reveló que todavía siguen siendo muy pocas las mujeres que estudian y ejercen a carrera de Ingeniería Civil, pues, de 15 féminas que inician los estudios, sólo el 10 % termina, y de éstas, el 50 % se dedica al trabajo de campo.
“El 50 % realmente llegan a ejercer su carrera, a andar en obra; el otro 50 % entra al campo laboral, pero no de la carrera o más bien, a cosas de oficina […] Por ejemplo, en el Tecnológico (de La Paz) se manejan grupos de 50 alumnos, de esos, 15 son mujeres, y de esas 15, sólo el 10 % termina la carrera, y de ese 10 %, el 50 % ejerce en campo, todas las demás son amas de casa o trabajan en otra cosa”.
Amao Carballo explicó que, desde el momento en que no todas las mujeres terminan la carrera, ya hay diferencias, pues las que sí lo hacen, tienen que andar en campo, bajo el sol, en terracerías; además, se enfrentan a la resistencia de los hombres que deben tener a su cargo, pues no están acostumbrados a que una ingeniera les dé órdenes.
“Iniciando, tan sólo en la carrera, inician una cantidad de mujeres y terminan el 10 %, desde ahí ya estamos marcando una diferencia de que las mujeres somos minoría; y ya, entrando en el campo laboral, sí es un poco difícil porque, por lo regular, este tipo de trabajo es andar fuera, en terracerías, en el rayo del sol, pasando hambres, estar acampando, es pesado, pero sí se puede.
“Lo que es la aceptación, es más de la gente que tienes a tu cargo, los trabajadores, los contratistas, los albañiles, no están acostumbrados a que una mujer les dé órdenes y les diga qué es lo que tienen que hacer o que les corrijan algo”.
En ese sentido, la ingeniera civil destacó que todavía se siente el machismo en este sector, que es el ramo de la construcción, en donde han predominado los hombres.
“La experiencia que he tenido sí ha sido un poquito difícil en el aspecto de que todavía está muy arraigado el machismo en el estado, es difícil para un hombre aceptar a una mujer en este ramo, incluso, tratar más bien, con los trabajadores […] en un principio es difícil cuando te presentas con ellos”.
Asimismo, agregó que el trabajo que ella orden hacer “te lo hacen de mala gana, no acatan al 100 % tus órdenes, pero después de van dando cuenta, y, o se aguantan o se van, no les queda de otra, porque si uno está haciendo su trabajo de manera correcta”.
Finalmente, Amao Carballo comentó que el cargo más alto para una mujer, dentro de la construcción, es poder tener su propia constructora, de la cual ya tiene 2 años que inició.
“Ser dueña de una empresa constructora y llevar a cabo obras completas […] yo estoy asociada con un amigo, y ya tenemos 2 años con la constructora”.
