La Paz, Baja California Sur (BCS). Cerca del 40% de los sudcalifornianos padecen algún tipo de alergia, de éstos, sólo el 60% inicia un tratamiento y lo culmina, según explica el doctor Luis Francisco Arroyo Martínez, médico alergólogo e internista.
BCS se encuentra en un punto geográfico que favorece el desarrollo de alergias, sobre todo las relacionadas con factores ambientales, pues las zonas desérticas mantienen un alto nivel de polinización de plantas alergénicas, acentuándose durante primavera, finales de verano y principios de otoño.
“Todo lo que es la región del noroeste tenemos el mismo comportamiento, Baja California, Baja California Sur, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, tienen los mismos alérgenos, predominan los pólenes de zona desértica, como quelite, mezquite, chamizo, rodadora, gramilla, huizapoles, cambios barométricos que provocan mayor precipitación y que el polen permanezca más tiempo en el ambiente”.
La mayoría de los pacientes, indica el doctor Arroyo Martínez, presentan rinitis, conjuntivitis y asma, cuyos padecimientos incluyen comezón, lagrimeo, sensación de cuerpo extraño o arenilla en los ojos, escurrimiento nasal constante durante la mañana y la noche, secreción hialina y estornudos en salva, faringitis, falta de aire y urticaria.
En general, los alérgenos más comunes son: polen de los pastos; maleza; caspa de animal; pelo y orina de gatos, cuyos, conejos, hamsters, hurones y borregos; plumas de aves, principalmente gallos, gansos y guajolotes; el excremento de los ácaro del polvo, predominante en colchones, cobertores, almohadas, sábanas, cortinas, alfombras y muñecos de peluche; esporas de hongos, que las encontramos en baños, cocinas y fruta echada a perder; en cuanto a la alergia alimentaria, es provocada regularmente por el consumo de pescado, camarón, langosta, cacahuate, almendra, nuez, frutos secos y carne de puerco; así como por la ingesta de colorantes y conservadores artificiales, halladas en mayor medida en bebidas energizantes, refrescos y embutidos.
Sobre la contaminación ambiental como factor alérgeno, aseguró que también se incluye en las agravantes de reacciones alérgicas: “la contaminación sí afecta, la termoeléctrica sí afecta, por las mañanas vemos una capa densa de smog que hace años no veíamos, eso genera y exacerba la alergia, como todos los humos: leña, carbón, tabaco”.
La alergia, señala nuestro alergólogo, es cada vez más frecuente en niños, especialmente entre 6 y 13 años de edad, por lo que es seguro contar con una persona alérgica o asmática en cada familia. Además, el elemento genético es de suma relevancia, indica, ya que sin un padre es alérgico el hijo tiene 40% de posibilidades de serlo, mientras que si los dos lo son, las posibilidades se incrementan en un 70%, con posibilidades de desarrollar asma entre los 25 y 45 años de edad.
Para prevenir el asma en los niños y el resto de la familia, recomienda implementar un “control ambiental”, que considera una serie de medidas:
“En casa, no tapetes, no alfombras y nada de peluches; lavar cortinas cada quince días, o colocar persianas; aspirar y que las mascotas no estén dentro de casa, sino fuera […] Usar lentes obscuros; en el coche usar los vidrios altos; usar cubre bocas grueso y no hacer actividades al aire libre entre cinco de la mañana y nueve de la mañana, y entre las seis de la tarde y las diez de la noche, porque son los ciclos biológicos donde se libera la polinización”.
La rinitis alérgica en niños “puede desarrollar asma”, además de causar “falta de concentración”, “ausentismo escolar”, “bajas calificaciones” y “fatiga”.
Acerca de los alérgenos considerados por regiones del estado, observó que el chamizo y la rodadora predominan en la zona norte, mientras que el sorgo y el maíz en el centro; y el quelite y estafiate en el sur; mientras que en toda la media península sobresale la gramilla y los huizapoles.
Acerca del tratamiento, el doctor Luis Francisco Arroyo aconseja que después de llevar a cabo una prueba de alergia y se determine la existencia del padecimiento, se inicie un control ambiental; la toma de medicamentos, como antihistamínicos y esteroides; así como lavados nasales; sin embargo, el método más efectivo es la vacuna, oral o inyectada, que toma tres años para desensibilizar al individuo, con aplicaciones de hasta dos veces por semana.
“Se ha visto que los niños que recibieron inmunoterapia en la infancia, que tuvieron rinitis alérgica, ya de adultos no desarrollan asma”.
El doctor Luis Francisco Arroyo Martínez tiene su consultorio en la clínica DiagnoMedic, ubicada en las calles Ignacio Allende, entre Guillermo Prieto y Aquiles Serdán, con un horario de atención de 4:30 de la tarde a 8:00 de la noche. Informes: 125 84 21.