La Paz, Baja California Sur (BCS). “Todos tienen sueños y para lograrlos necesitas organizarte”, dijo casi al término de la entrevista Mariana Ledesma, coordinadora en la entidad de Bancos Comunitarios de Philanthronpiece. Ella se refiere al movimiento internacional de bancos comunitarios, en el que se busca crear conciencia en torno a la educación financiera.
La base, expresó, es la confianza para conseguir que la gente ahorre en beneficio propio y lograr el desarrollo comunitario de rancheros o pescadores, o bien, en colonias de bajos recursos. Fundación Philanthronpiece, cuya institución fue en 1997, instruye a grupos de 10 a 25 personas para conformar comités con una estructura que permite acumular dinero por medio de acciones.
Los fondos que se obtienen son administrados por miembros de los pueblos o vecindarios que concede préstamos individuales o colectivos a sus beneficiarios.
“El programa organiza y capitaliza a la gente. A veces en las comunidades surgen emergencias, incluso en las ciudades, en el que se necesita dinero y, muchas veces, van con un prestamista que cobra intereses altísimos. Con los bancos comunitarios se crea un colchón para cualquier cosa”, explicó.
Los beneficios se expanden mucho más allá de la mitigación de la pobreza al crecimiento económico, la educación, el desarrollo de liderazgo y cohesión de la comunidad. Es un mecanismo por el cual crecer recursos limitados para un mayor impacto y desarrollar relaciones duraderas en pos de un cambio comunitario.
«Los bancos tienen una metodología de capacitación que se divide en un año tres meses, donde los primeros tres meses solo ahorran (no hay préstamos). Terminando los tres meses de ahorro se liquida el capital (se regresa el ahorro a los socios) y se reinicia otro ciclo. En el ciclo dos se enseña como poder sacar un préstamo si llegara el caso (mas no es obligatorio sacar prestamos), este ciclo dura seis meses. Finalizado los seis meses se liquida y se reinicia el ciclo tres donde se enseñan temas mas avanzados y se refuerzan los conceptos. También es importante destacar que la meta principal es el ahorro y no el préstamo, digamos que el préstamo es un servicio extra y la meta es el ahorro», precisó.
Mariana mencionó que en la entidad existen alrededor de 21 sociedades, entre ellas: la colonia Diana Laura en La Paz; San Juanico, en Comondú; El Dátil, El Delgadito, El Cardón, La Base; dos en San Francisco de la Sierra; uno en El Bonfil; tres en Loreto, uno en san Javier y cuatro en Agua Aerde.
En San Francisco de la Sierra, por ejemplo, existen niños organizados que invierten su dinero en medicamento veterinario que venden a los adultos. Sus ganancias vuelven al banco y pueden utilizarlas como les plazca. El comité se divide en un presidente, secretario general, auditor, contador y tesorero, con un tiempo determinado de trabajo.
Todos los que integran la asociación compran acciones del banco comunitario que aumentan su valor dependiendo de las ganancias que logren a través de los préstamos. El capital se guarda en una caja de madera con tres candados. Presidente, secretario general y auditor conservan una llave de cada cerrojo para evitar posibles fraudes.
Del mismo modo, el secretario general llena las hojas de contabilidad mientras que el auditor hace cuentas en hojas de portafolios frente a todos los socios. El contador recibe todo el dinero y el tesorero es quien resguarda el arca. La manera en como se ha extendido la idea de los bancos comunitarios inició por familiares en distintas comunidades, quienes vieron una forma práctica de ahorra sin tener que recurrir a bancos privados.
La finalidad última es que los individuos sean capaces de invertir su dinero en un negocio o, también, crear fondos sociales para mejorar los lugares que habitan. Para aquellos interesados, concluyó Ledesma, pueden comunicarse a [email protected]
