La Paz, Baja California Sur (BCS). La ciudad de La Paz será el escenario del proyecto Muelle de Almar, una infraestructura náutica cuya inversión asciende a 9.7 millones de pesos. Ubicado en el fraccionamiento El Manglito, frente a la Bahía de La Paz, el desarrollo busca satisfacer la demanda turística en la región, al tiempo que genera cuestionamientos sobre su impacto ambiental y social.
El proyecto contempla la construcción de 3 componentes principales: una plataforma de operaciones de 7.34 metros de longitud y 4.50 metros de ancho, una pasarela fija de madera de 46.25 metros, y un muelle flotante compuesto por módulos de concreto flotante.
Estas estructuras estarán sostenidas por pilotes de acero y madera tratada para resistir las condiciones del ambiente marino. En total, el área abarcada será de 12,650.16 m², con una proporción mayoritaria en zona marítima (10,456.52 m²) frente a la terrestre.

Aunque los desarrolladores afirman que el impacto en el ecosistema será mínimo debido a que el área ya está urbanizada, el proyecto se encuentra en la zona de influencia del Parque Nacional Archipiélago de Espíritu Santo.
Este hecho ha suscitado preocupación, ya que la región alberga fauna marina en riesgo como el tiburón ballena, la tortuga laúd y varias especies de ballenas. El informe ambiental indica que se implementarán medidas de mitigación, pero aún se espera que las autoridades evalúen con detalle los posibles efectos a largo plazo.
En términos legales, el proyecto requiere autorizaciones en materia de impacto ambiental y concesiones de la Administración Portuaria Integral (API). Además, debe cumplir con normativas ambientales estrictas, como las dispuestas en la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA) y la Ley General de Vida Silvestre (LGVS).

Según el documento presentado, “no se realizará remoción, relleno, trasplante o cualquier actividad que afecte el ecosistema de manglares”, aunque se reconoce que habrá una suspensión temporal de sedimentos durante la construcción.
En cuanto a los beneficios económicos, el proyecto promete fortalecer el turismo náutico en La Paz, aunque no especifica cuántos empleos directos o indirectos generará. Por otro lado, sus críticos argumentan que la construcción podría exacerbar la presión sobre los recursos naturales de la región, especialmente en un área ya impactada por actividades humanas y urbanización.
El muelle se posiciona como una apuesta estratégica para el desarrollo turístico de La Paz, pero su implementación debe ser vigilada de cerca por las autoridades y la sociedad civil. Los riesgos ambientales y sociales, así como la necesidad de un equilibrio entre desarrollo y conservación, seguirán siendo puntos clave en el debate.