La Paz, Baja California Sur (BCS). Hybris. La palabra sale con naturalidad de la boca de Daniel Amora. Intenta describir esa sensación que llevó a crear una obra con otro de los más importantes exponentes de las artes plásticas: Gabriel Rodríguez. Ambos coinciden en una cosa: su próxima exposición intentará desafiar, quizá desmantelar, a ese pillo que, la mayoría del tiempo, sisea con soberbia lo increíble que eres; esa maliciosa parte de ti que se pasea entre las negras callejuelas de tu ser: el ego.
Por un año trabajaron en una extraña confabulación. Dos puntos de vista que se unieron para urdir una estrategia para darle una fuerte sacudida al ego que se inserta duro en las personas. En ellos; en mí. Una catarsis que se expondrá en la Galería Carlos Olachea Boucsiéguez, el viernes 23 de enero, a las 20:00 horas, gratuito y abierto a todo público; organizado en conjunto con Instituto Sudcaliforniano de Cultura.
“Yo intervengo arriba de su pieza, compongo una nueva parte de Gabriel. Es darle en la madre, arreglar su composición: empezamos a construir para destruir”, explica Daniel.
Gabriel, en su oportunidad, piensa en todo el proceso como un ejercicio de humildad, el ceder el espacio. “Te ayuda como artista a entender tu propia obra, tu generas cierta composición, pero un espectador la ve y piensa que está completa, pero se la das a otro artista que te critica, agrega, siendo obvio que estaba mal o le hacía falta algo, y es enriquecedor”.
“Es difícil, pero es interesante, muy chingón. Él tiene otro discurso, se formó diferente, produciendo y vendiendo con su papá. Yo soy más académico; aprendes mucho, pero muchas cosas converges, en otras tienes que soltar”, detalla Daniel.
Hybris es un enfrentamiento , con el objetivo de lograr una revolución estética: invadiendo. Un diálogo contaste, las partes que se fusionan para convertirse en una serie única, nunca antes presenciada en Baja California Sur. Es una lucha pacífica en donde el ring es la misma obra.
¿Cuál es su opinión sobre la violencia en la capital?
“La violencia se ha explotado mucho en las artes, no me refiero a estar en contra de crear una conciencia al público, pero hay formas y discursos”, dice Daniel. Se manifiesta en contra de convertir en una moda a la violencia.
“En la Bienal del Noroeste está plagada de narquitos, está enfadoso eso. En Xalapa, Veracruz así ven el norte y noroeste, muchos aplauden eso, otro no. Quieren impactar a la gente o trasgredir por medio del drama y la violencia, y no por la técnica y la creatividad”, agrega.
Por su parte, Gabriel expresa: “Hay que pedir al artista que sea honesto. Los discursos de violencia son ajenos a uno como individuo, es una cuestión que viene de afuera, son situaciones externas, políticas, entre otras. Si adoptamos discursos que viene fuera de nosotros, claro, entendiendo que no somos totalmente ajenos, sin embargo, estas dejando a un lado tu identidad, te dejas de construir como ser humano, empiezas a llenarte de vacío y ese es un problema de las sociedades posmodernas”.
Los dos invitan a la gente a acercarse a los recintos culturales a los eventos que desarrollan, y que son totalmente gratuitos.
