La Paz, Baja California Sur (BCS). Se trata de Rodrigo Salvador Manríquez Lucero, que ingresó a la sala de sesiones Armando Aguilar Paniagua, del Congreso del Estado, cuando la mesa directiva del periodo de receso, conformada por Guadalupe Olay Davis, Juan Domingo Carballo Ruiz y Omar Zavala Agúndez, iniciaba trabajos, reclamando atención inmediata, pues estaba viviendo “una injusticia” de dimensiones poco conocidas. “Me están invadiendo mi bienestar familiar y me están invadiendo mi bienestar donde trabajo”, decía.
La diputada Olay Davis, del Partido Nueva Alianza (PNA), fue abordada por don Manríquez Lucero, que vestía una camiseta con el logotipo de la campaña en contra de minera Los Cardones, y le explicó brevemente su caso, sin embargo la legisladora le pidió esperar a que la sesión culminara para atenderlo, “te voy a traer las cámaras”, le dijo.
Mientras tanto él permaneció sentado tomando café en los asientos designados a los ciudadanos que gustan ser testigos de las sesiones del Congreso, pero cuando terminó la sesión se abalanzó de nuevo a la diputada, quien lo dirigió inmediatamente con los medios de comunicación, quienes no le prestaron atención y lo dejaron de lado para entrevistar al diputado Carballo Ruiz, del Partido Renovación Sudcaliforniana (PRS).
Fue en ese momento cuando el desconocido se sentó en la silla de la presidencia de la mesa directiva del Congreso del Estado, usurpando momentáneamente la posición del máximo representante del Poder Legislativo en BCS.
Tranquilamente sonrío a quienes gustaron fotografiarlo, y una vez culminada la entrevista con Juan Domingo trató de explicarle su situación, pero tampoco fue atendido, así que volvió a la silla grande del Congreso de BCS y permaneció allí hasta que se aburrió, luego de percatarse que allí no había poder alguno.
Acerca de su domicilio, Rodrigo Salvador Manríquez dijo: “yo vivo en Yucatán y 16 de Septiembre y Reforma y Chiapas”.
Sobre el problema que lo llevó a solicitar la ayuda de los diputados, esbozó: “Se está involucrando el señor Sandoval y se está metiendo en la vivienda para estarme fregando y fregando, en dado caso de estarme invalidando para en dado caso que ni me bañe, que no esto y que no lo otro, que me explote el cerebro, que me dé un infarto y puras cosas así, no es posible, sobre todo si vivo con mi papá de ochenta años”.
Otro parásito con daño cerebral producto del lavado de cerebro de los antimineros de Los Cardones.