Los Cabos, Baja California Sur (BCS). Para el 2018 en Los Cabos, se prevé la realización del Congreso Internacional de Pinturas Rupestres con la intención de fomentar su protección y cuidado –se estima que sólo en el municipio cabeño hay más de 600 sitios de este tipo–, dio a conocer Ramón Ojeda Mestre, secretario general de la Corte Internacional de Arbitraje Ambiental y Presidente del Centro de Estudios Integrales para el Desarrollo Ambiental.
Se tienen programados 2eventos, publica El Sudcaliforniano, el Congreso Mundial de Antropología de la Sal prevista para el 2017, con el fin de promocionar las más de 3 mil variedades de sal que se tienen detectadas en suelo sudcaliforniano; y el Congreso Internacional de Pinturas Rupestres, que será una continuidad de lo que se llevó a cabo en España, al cual asistió una importante delegación de BCS encabezada por la doctora María De la Luz Gutiérrez –delegada del Instituto Nacional de Economía Social (INAES) en el estado—, considerada la principal investigadora de pinturas rupestres en la entidad.
Ojeda Mestre comentó que en Los Cabos han sido registrados más de 600 sitios con pinturas rupestres, de los cuales 300 están registrados por el INAES; el resto faltan ser certificados ya que no se pueden ofrecer al público porque se ponen en riesgo, debido a que no se tiene aún el suficiente presupuesto para que se cuiden.
Destacó que del Congreso en España se trajeron los ejemplares de cómo se deben de proteger la pinturas rupestres, cómo se hace en Europa y en otros continentes, videos y discos compactos; las conferencias grabadas que están a disposición de todo el público en el parque de la familia Wilkes; se nombró cuidador de este material al maestro Roberto Cuétara, director del Museo de Historia Natural, dijo.
Será el 17 de febrero cuando el comité organizador decida quiénes serán los invitados y los temarios. Adelantó que se invitará a empresarios para que formen micro-patronatos para proteger cada una de las pinturas rupestres consistentes en un alambrado, unas rejas, unos pasillos como andadores y se permite que reciban propina los vigilantes –o los rancheros, según sea el caso.
