La Paz, Baja California Sur (BCS): El director del Sistema Estatal del Desarrollo Integral de la Familia (DIF) en Baja California Sur, Luis Alberto Ceseña Romero, declaró ante medios de prensa que actualmente existen 78 niñas, niños y adolescentes bajo resguardo institucional; de estos hay 15 que estarían en condiciones de ser adoptados.
Ceseña Romero desglosó por etapas de vida la cantidad de menores que tiene el Sistema en estado de ingreso, en tal sentido, de esos 78: “alrededor de 40 son adolescentes (…) de 0 a 5 años de edad, tenemos alrededor de 6 o 7, del mixto —de 5 a 12 años— la otra parte; en este caso, son más niñas que niños”, expresó el funcionario.
Igualmente, detalló que cerca de unos 15 menores están en condiciones para la adopción, aunque precisó que podría variar el dato, según los casos: “Alrededor de unos 15 […] hubo una sesión hace un mes para valoraciones, siguen los estudios y seguramente en octubre tendremos ya el número final de los que se pueden adoptar”, explicó.
Sobre ese apartado, Luis Alberto Ceseña añadió: “no es sencillo, no es fácil, todas las familias quisieran tener a un recién nacido, pero son los menos que están en estas circunstancias; en su mayoría hay niños de 7, 8, 14 años que están buscando la posibilidad de ser adoptados”.
El director del DIF en el Estado destacó que los niveles de ingreso al sistema de protección han aumentado desde que ha crecido la campaña “Párale a la violencia” contra los entornos intrafamiliares desfavorables.
“Incrementaron las denuncias, de los propios menores (…); hablamos con el Gobernador y nos ampliaron el número de contrataciones, ya estamos normalizados en ese sentido”, refirió.
Con el fin de esclarecer sobre los procedimientos que se ejecutan para este tipo de casos, Ceseña recordó: “el DIF no retira niñas, niños y adolescentes de las familias, es la Procuraduría General de Justicia quien, a través del Ministerio Público, da una medida de prevención, de atención y de resguardo hacia el DIF; en ese sentido, lo que hace el DIF es buscar lo antes posible lo que son familia amplia: abuela, tía, entre otros”.
“Lo que menos queremos es que los niños estén institucionalizados, de verdad; el impacto que es para una niña o un niño ingresar a Casa Cuna, que no es su hogar o que no es sus familiares los que están allá adentro, es un impacto considerable; pero es, por supuesto, por el bien superior de ellos, pues en su entorno no se encuentra de manera correcta y es un riego”, enfatizó el funcionario.