La Paz, Baja California Sur (BCS). En cuatro años de gobierno, la administración del Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (SEDIF) no logró concretar un padrón de indigencia en BCS; en mayo de 2014 el director de la dependencia, Martín González Fiol confirmaba el hecho, aunque hoy cuenta con algunos cálculos extraoficiales.
En los municipio de La Paz y Los Cabos, donde se concentra la mayoría de la población sudcaliforniana, el funcionario calculó que viven alrededor de 500 personas en las calles, mientras que en la zona pacífico norte, dijo, el número rebasa los 1,000.
“Es impredecible, porque en el caso de los campos agrícolas, en el caso de Vizcaíno, el caso de Los Cabos, el caso de Loreto, que ya se ha incrementado los indigentes, ha sido una afluencia muy movible, dependiendo de la contratación que hay anual, son los indigentes que se quedan […] Los indigentes, de alguna u otra forma, vienen con la esperanza de la calidad de vida y en cuanto a sueldo, y cuando llegan aquí es otra situación la que se les presenta, pero lo más importante es que la mayoría viene desconociendo totalmente la ubicación de Baja California Sur e inclusive ya traen vicios de alcoholismo, de drogadicción, entonces se salen de los campos agrícolas y se empiezan a hacer indigentes”.
González Fiol dijo que este fenómeno significa “un problema” no sólo para el Gobierno del Estado, sino “para todos” los habitantes de la media península, y ofreció alternativas para reducir el número de indigentes en el futuro, aunque ninguna de sus propuestas las aplicó antes; ahora sólo le restan algunos meses para terminar su encargo.
“Para nosotros representa un problema en sí, una porque tenemos que hacer un trabajo de equipo en campos agrícolas, los tres órdenes de gobierno, llevar una bitácora de cuánta gente se está moviendo anualmente y, sobre eso, ver que las personas que llegan a trabajar aquí sean regresados o, cuando menos, nos digan quiénes son aquellos que se van a quedar a establecer”.
