La Paz, Baja California Sur (BCS). El escritor veracruzano, Héctor Domínguez Ruvalcaba, autor del libro Nación Criminal, visitó la ciudad de La Paz, y habló acerca de la actualidad política y el crimen organizado en BCS, y sobre la posibilidad de que el cese al fuego y la violencia en la Capital se debió a que hubo un “armisticio”, que ambos grupos “llegaron a acuerdos y negociaciones”, tal como sucedió en Ciudad Juárez, Chihuahua.
“No te puedo juzgar a nivel local, porque yo necesitaría entender mejor el ajedrez político, cosa que se me escapa porque no estoy siguiendo la noticia local; pero sí te puedo decir que, el modelo de cese al fuego que veo en ciudades como Tijuana o como Ciudad Juárez, que es el que más conozco, hubo un armisticio justo a la entrada de un gobierno municipal, llega un gobierno y hay un acuerdo, en donde no cabe duda, estuvieron agentes del Gobierno y se dividieron. De acuerdo con Tony Payán, que es uno de mis colegas que trabaja mucho desde el punto de vista politológico, todo el ajedrez del narco, y dice que, a partir de una avenida central se divide la ciudad en Oriente, que le queda a la línea del cártel de Juárez, y el Poniente a los del cártel de Sinaloa; hay un acuerdo de que el cruce fronterizo es para todos, ahí no es para nadie; y hay otro acuerdo de hacer una limpieza social de los extorsionadores y los secuestradores, porque al Gobierno lo que le importaba mucho es contener el descontento de la sociedad civil, y la mayor parte de éste venía siendo de la frustración de los negocios a partir de las extorsiones; a nivel político querían acallar esto, y una manera de comprometerse era hacer limpieza en la parte más delictiva en ese sentido para poder tener la plaza libre para los negocios del narco; entonces, este armisticio me da nota de que es una práctica que si bien, nosotros nos sabemos que está pasando debajo del agua, sí vemos los efectos, hey, hubo cambio de gobierno y dejaron de haber balaceras, algo pasó; yo creo que hay negociaciones, y a mí no me parece mal, y concuerdo con Irene Blanco, una líder, abogada, derecho-humanista y panista, por cierto, de Chihuahua, que en algún momento lo dijo a boca de jarro, si no puedes con el enemigo, siéntate a negociar con él, y a veces es importante llamar a cuentas a esas fuerzas con las que no puedes lidiar”.
Domínguez Ruvalcaba, explicó también que La Paz era un refugio para uno de los grupos criminales del país, y que, en su momento, no había “enemigos”; pero después, hubo una irrupción de otro grupo, y fue lo que detonó la violencia en la ciudad, la cual ostentaba una imagen de segura y tranquila.
“No soy especialista en La Paz o en Baja California Sur, porque mi investigación ha estado enfocada en esas áreas de mayor incidencia del crimen, concretamente en Ciudad Juárez; pero sí, en los últimos años he estado visitando La Paz y me he topado con eventos del crimen que no se habían visto antes, y que además, la sociedad paceña se jactaba de que era un lugar muy seguro, de que el turismo era lo mejor; sin embargo, yo creo que en el bajo mundo, se estaba consolidando la ciudad como un lugar en donde los criminales fincaban sus residencias, y ya eso lo estábamos viendo de hace años, es decir, ranchos extraños, con avionetas, con movimientos extraños, autoridades involucradas en el narcomenudeo de Los Cabos, y eso lo vi de frente, para mí fue un dato muy directo, toparme con él; eso ya estaba ahí y era tolerado porque era parte de la dinámica de la economía turísticas, y sabemos que junto con el turismo vienen muchos servicios del crimen organizado, como el esclavismo sexual y la droga, por hablar de los más conocidos; entonces, yo creo que eso estaba soterrado y que, precisamente, porque este lugar era o es un lugar de refugio para uno de los cárteles poderosos del país, pareciera que estaba completamente asegurado, porque estaba protegido por una estructura que no tenía enemigos, aquí había una sola mafia que dominaba todo, así que no había conflictos; me parece que lo que hubo, fue un conato de disputa, hubo una intromisión de otro cártel, me parece la explicación más lógica al respecto”.
Finalmente, el autor veracruzano, cree que La Paz es capaz de despertar e influir en las decisiones de los grupos políticos que hay, y que tiene una ventaja, el ser pequeña, y poder organizarse con mayor facilidad.
“Yo creo que la ciudad de La Paz es una sociedad muy politizada, yo viví aquí, me di cuenta de que, por el hecho de ser pequeña logras tener grupos de interés organizado en ciertas áreas; me parece que no parten de una frustración, sino de una sensación de que pueden influir en las decisiones de las políticas públicas, y yo tengo mucha fe en que esta sociedad va a intervenir.
Creo que la sociedad paceña despierta de un marasmo, se da cuenta de que no está a salvo, y entonces, lo positivo de esto es que se despiertan preocupaciones, una sociedad civil que no quiere ver repetido aquí lo que se ha visto en otros lados”, concluyó.
