Fracasa plan para sacar cabras de Espíritu Santo, y destruyen vestigios de 3000 años A.C.

Campamento del Grupo Ecología y Conservación de Islas montado (sin autorización del INAH) sobre el sitio arqueológico J66 El Gallo II-3/ Animal Político
En total, se afectaron cerca de 4,000 metros cuadrados de la zona arqueológica en la isla Espíritu Santo, municipio de La Paz
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La Paz, Baja California Sur (BCS). En el segundo semestre del 2016, el gobierno federal encomendó a una asociación civil erradicar diversa fauna nocida en el Área Natural Protegida de la Isla Espíritu Santo, en Baja California Sur; sin embargo, este grupo provocó daños irreversibles en el 52 % de la zona arqueológica ubicada en las costas de dicha isla.

Fue en el año del 2013, cuando la asociación civil Ecología y Conservación de Islas A.C. promovió ante el gobierno federal un plan para extraer las cabras que fueron introducidas artificialmente por pobladores de Baja California Sur en siglos pasados y cuya proliferación amenaza la supervivencia de especies nativas.

Resulta oportuno mencionar que, para este programa de extracción, el grupo que se presenta como una organización sin fines de lucro, recibió recursos tanto del gobierno federal, a través de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), como de instituciones privadas, entre ellas la agrupación ambientalista World Wildlife Fund (WWF) y la fundación Carlos Slim.

A lo largo de los 2 años, sólo se han logrado retirar 193 cabras de la isla (todas en 2016), teniendo una población total de cabras estimada en cerca de un millar, por lo que en 2017 se calificó como “prácticamente nula” la variación en el volumen de vegetación dañada por estos animales, según el Grupo de Ecología y Conservación de Islas.

No obstante, el saldo más negativo que dejó esta asociación en la Isla Espíritu Santo fue la destrucción del 52 % de la zona arqueológica conocida como Ensenada La Raza o Ensenada El Gallo, un antiguo punto de reunión humanaaprovechada en distintos momentos entre el año 3000 A.C. y el 1700 D.C., donde los antiguos pobladores se reunían a recolectar y cocinar alimentos, por lo que se preservaban herramientas de piedra, restos de fogones con miles de años de conservación.

Fue precisamente en esta zona, identificada como J66 EL Gallo II-3, en los catálogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), donde el Grupo de Ecología eligió para montar su campamento, con casas de campaña, cocina, baño, bodega y un corral para cabras capturadas.

Según registros elaborados por INAH, en esta zona se removieron “sedimentos y materiales arqueológicos, con el fin de nivelar áreas”, así como crear veredas por las cuales transitar.

También se retiró tierra para crear terraplenes en los que se colocaron las casas de campaña, por lo que el grupo privado dejó expuestos vestigios arqueológico que, ahora, están a merced de procesos de erosión, “ya que el sedimento y la vegetación que los fijaban han sido removidos”.

Finalmente, el INAH detalló que el total del área arqueológica afectada en la Isla Espíritu Santo, por la operación de este grupo, asciende a los 3,997 metros cuadrados, poco más de la mitad de la zona de vestigios.

Con información de Animal Político 


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