Gobierno de Coalición: eficiencia en la pluralidad

Juan Alberto Valdivia Alvarado

Presidente del Comité Directivo Estatal del PRI en  Baja California Sur

Ante la inminencia de la aprobación de la reforma político electoral por parte del Congreso de la Unión, varios son los temas que destacan, sin embargo, hay uno que no ha sido abordado por los medios de comunicación en la magnitud de su importancia, por lo que nos permitiremos tocar el tema de los gobiernos de coalición en este espacio.

Dentro del paquete de reformas que contienen las modificaciones en el tema, se establece en el artículo 89 constitucional, que regula las atribuciones del presidente de la república, que éste podrá en cualquier momento, optar por un gobierno de coalición con uno o varios de los partidos políticos representados en el Congreso de la Unión y que este gobierno de coalición se regulará por el convenio y el programa respectivos, los cuales deberán ser aprobados por mayoría de los miembros presentes de la Cámara de Senadores. El convenio mismo establecerá las causas de la disolución del gobierno de coalición. 

Se establece además la facultad de la Cámara de Senadores, en el caso de que se establezca un convenio de gobierno de coalición, de ratificar a los Secretarios de Estado, exceptuando a los titulares de la Defensa Nacional, Marina y otros relacionados con el servicio diplomático y los órganos colegiados reguladores en materia de energía y telecomunicaciones, entre otros. 

Con ello el país está dando un gran paso en materia política, pues se están sentando las bases institucionales para afrontar una nueva realidad política que nos permitirá conciliar fenómenos presentes en la realidad actual del país, como la pluralidad, resultado inequívoco de un régimen democrático, y la gobernabilidad, indispensable para el desarrollo del país. Desde que inició la actual administración federal a cargo de Enrique Peña Nieto se ha venido trabajando bajo una perspectiva de inclusión de las diversas fuerzas políticas, el  Pacto por México ha sido sin duda un marco de referencia para considerar la necesidad y las virtudes del acuerdo político entre los diversos sectores. Incluso Manlio Fabio Beltrones como precandidato del PRI a la presidencia de la república señalaba la necesidad de establecer gobiernos de coalición,  ejemplificando los cambios que el país necesitaba al tener en la presentación de su libro en 2012 a tres ex candidatos a la presidencia de la república de tres partidos distintos como invitados especiales.

No solamente la visión de modernizar las reglas que rigen nuestro sistema político y de gobierno provienen de figuras preeminentes de la vida pública del país, existen organizaciones de la sociedad civil y amplios estudios en el ámbito académico que sugieren esta misma respuesta para dar nuevo impulso a la vida democrática de México.  En países como España e Inglaterra con una sólida tradición parlamentaria, los gobiernos de coalición son una realidad desde hace décadas; en nuestro país, si bien es cierto que el régimen político otorga mayor relevancia a la figura del Ejecutivo, existen de igual manera la necesidad y la posibilidad de establecer estas alianzas de gobierno que permitan la toma de decisiones importantes para el desarrollo del país. La falta de mayorías legislativas que prácticamente desde 1997 no se han logrado por parte de un solo partido en las cámaras,  ha imposibilitado la puesta en marcha de políticas públicas y otras decisiones de Estado importantes, como es la renovación de las instituciones, recordemos que después de doce años fue hasta la presente administración y bajo el acuerdo general del Pacto por México que se pudieron consolidar acuerdos y la mayoría parlamentaria necesaria para llevar a cabo reformas de gran trascendencia para la vida nacional.

Antonio Camou, en un texto sobre democracia y gobernabilidad señala tres aspectos que se consolidan cuando en una forma de gobierno democrático se sientan las bases para ampliar sus márgenes de gobernabilidad: legitimidad, eficacia y estabilidad. Tales características han sido recurrentemente esgrimidas por diversos actores y sectores de la población como temas de importancia para nuestro sistema político. En este sentido, no se puede aspirar a tener una mayor gobernabilidad sobreponiendo la “razón de estado” argumentada por Maquiavelo de ejercer el poder y conservarlo a toda costa, sino por el contrario, bajo el marco democrático lograr la inclusión de los diversos intereses políticos, económicos y sociales que son válidos y que deben de convivir sin limitar la capacidad de un gobierno de ejercer sus facultades como tal.

Con los gobiernos de coalición se integran de manera eficiente a la toma de decisiones los diversos actores políticos sin lastimar la pluralidad democrática y se permite que un gobierno pueda implementar un programa de gobierno de forma efectiva. Con la aprobación de la mayor parte del gabinete por parte del Senado, se permite además la integración de figuras de otros partidos a posiciones importantes de la administración pública, lo que renueva la oferta de figuras políticas para la ciudadanía y permite que esa pluralidad que existe ya en las cámaras, se traslade, llegado el momento, a la oferta política de los diversos partidos, evitando la concentración excesiva de poder en una figura o en un solo partido.

Esta figura sin duda que permite que los acuerdos que se dieron por mera voluntad política al principio del sexenio mediante el Pacto, se aleje de la suspicacia y la sospecha, para conformarse de manera plena, abierta y transparente, con bases legales sólidas y con programas claros que den certeza a la ciudadanía del rumbo que se dará al país y la estabilidad que México requiere.