La Paz, Baja California Sur (BCS). La primera ola que montó Steven Walter Graen fue en Los Cerritos, a los 13 años de edad, y aunque en ese momento se manifestó el surf como su sendero, no imaginó que también se hallaba frente al desarrollo de un camino artístico.
Nació en La Paz, pero a los 15 años volvería a la tierra familiar, en San Diego, estado de California, donde pasó seis años y perfeccionó su técnica en spots como Pacific Beach y Black’s Beach. Hoy, diez años después, luego de trabajar en un departamento donde fue echado por utilizarlo como taller y de armar tablas en el lavadero de su madre, cuenta con un verdadero laboratorio de manufactura que junto a su padre construyó en la cima de uno de los cerros de El Centenario, justo en Calle 15 y Biznaga, desde donde nace la marca Graen Surf and Paddle.
Al volver a México, luego de algunas tablas rotas y varias reparaciones a su equipo y el de algunos amigos, consiguió un trabajo en el malecón de La Paz, donde se hacía cargo del mantenimiento de paddle boards de renta. Al ver que sus arreglos cada vez eran mejores, el propietario del negocio de alquiler de tablas le encargó construir un paddle desde sus inicios, a lo que Steven accedió, y desde entonces no se detuvo.
Sus tablas se caracterizan por ser de poliestireno y sin alma, por lo que suelen contar con canales en los rieles, que ofrecen mayor fuerza, velocidad e impacto. Tanto el corte del poliestireno como los moldes de madera y masonita son hechos a mano por él; su taller cuenta con un área de lijado, una zona de lacado y pintura y, finalmente, el detallado.
“Muchos son buenos surfeando, pero a veces ni siquiera saben por qué su tabla les deja hacer un snap o un reentry muy fácil, por ejemplo, porque no conocen cómo funciona una tabla”.
A Steven no le gustan los deportes de pelota y sólo usa sus tablas para surfear, las Graen Surf and Paddle, le gustan ligeras, flotadoras y cortas, “que parezcan patinetas”. Demora entre cuatro días y una semana en culminar un trabajo, realizado a conciencia y con esmero, aunque acepta que si fuera un poco más ordenado, junto a su equipo lograría producir hasta 15 tablas mensuales.
Fotos: Graen Surf and Paddle y Mariella Encinas