Han pasado más de 3 meses desde que llegaron las nuevas administraciones panistas a Baja California Sur, y de la oposición no se sabe nada. Quizás porque los pocos representantes que les quedaron, algunos regidores y diputados, al final tienen que rendirle pleitesía al gobierno en turno para no verse tan afectados, con la condición —obvio— de que en ocasiones podrán hacer berrinches para aparentar que cuestionan las acciones de los nuevos funcionarios.
¿Dónde está el PRI y el PRD junto con todos sus partidos de izquierda? Pudiera ser que no tienen calidad moral para señalar, y mejor, para evitarse la vergüenza de que sean callados con pruebas de sus desfalcos, ya mejor ni opinan.
Por ejemplo, recientemente fue el informe de los primeros 100 días del gobierno de Arturo de la Rosa: un evento, sumamente cuestionable desde muchas trincheras; pero, la oposición no dijo nada, se quedó callada, sólo vio y cerró la boca. El único que puso el grito en el cielo fue un regidor priista de Los Cabos, y fue porque no le dieron asiento y lo querían tener parado.
¿Y la oposición? De verdad, ¿no hay nada qué preguntar? Es un hecho de que sus partidos están muertos en vida. Difícilmente podrán recuperarse para el 2018; sin embargo, por dignidad y respeto a sus militantes, deberían de fingir que todavía respiran.
Personalmente el informe del alcalde de Los Cabos me deja muchos cuestionamientos, y la mayoría de ellos tiene qué ver con lo económico, ¿Por qué? porque no se puede estar usando la austeridad como bandera, y en los primeros 3 meses hacer un evento con más de 1,000 invitados que ni el mismo gobernador hizo.
¿Cuánto se gastó Arturo de la Rosa? ¿Cuánto le costó el equipo de sonido, el escenario, los videos, la producción, la publicidad, la prensa?
Cuando en un inicio me enteré de su evento, lo primero que se me vino a la mente fue cuál sería la posición de Carlos Mendoza respecto a este, y me sorprendió. De hecho, creí que no asistiría —como ninguno de los alcaldes lo hizo— y que mandaría a un representante, pero no, sí fue.
Lo importante no es cómo abres sino cómo cierras. Ahí está de ejemplo Esthela Ponce, a quien muchos veían en ella, cuando empezó, a la panacea de la administración municipal, que sacaría a La Paz del bache en el que estaba, pero que terminó su gobierno en medio de escándalos y señalamientos.
Habrá que esperar y ver si Arturo de la Rosa no se le sale del guacal a Carlos Mendoza y no se convierte en la manzana de la discordia entre los alcaldes panistas (Armando Martínez y Francisco Pelayo), quienes también quieren ser gobernador en el 2021.
