La sordera de la pulga

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Ardua y difícil es la tarea de nombrar las personas o la realidad. Yo ya había tomado una copa de Cabernet Sauvignon, tres tazas de café y hasta dos tazas de té de Damiana (que dicen sirve para muchas cosas) en busca de inspiración. Buscaba un nombre para un personaje desconocido que me encontré en mis sueños: poseía las características esenciales de un hombre de éxito en la burocracia mexicana, todas las cualidades para ser el próximo candidato del partido heredero de la revolución (aunque que de la época de la revolución lo que conservan sea el arte de robar y preservarse en el poder). Este personaje es un hombre de ciencia, de muchos estudios y reconocimientos, mas no así de pensamientos. Ya me había rendido en la tarea indagatoria de nombres, cuando resonó en mi pensamiento la designación de “Beocio Cenutrio Estólido” (no confundir con el filósofo Boecio). Ahora que tiene nombre, les puedo contar mi sueño. Beocio Cenutrio Estólido, reconocido biólogo egresado de Oxford, había llegado a la dirección nacional de la CONANP, por sus inéditos descubrimientos en la naturaleza de la pulga. Los hechos son tan verídicos que nadie dudará de ellos, como tampoco dudará del magnífico efecto que tuvo el té de Damiana (que no fue el de inspirar, precisamente). Mientras realizaba detalladamente el último paso del método científico, descubrió algo que no esperaba encontrar: la sordera de la pulga. Rápidamente llamó al Consejo Nacional de Ciencia para organizar una rueda de prensa que diera a conocer al mundo científico su gran descubrimiento. Cuando al Dr. Cenutrio le preguntaron bajo qué nombre habría de convocar la rueda de prensa dijo: “la sordera en la pulga, como efecto de múltiples despojos”. Como la noticia de dicho acontecimiento llegó a oídos de la federación, también asistió el Presidente del País, pues no estaría de sobra decir que, dentro de un crecimiento exorbitante de la seguridad (que por eso atrae a la inversión extranjera) y su consecuencia próxima que es el crecimiento económico (lo que permite que el país sea de los únicos que ofrecen una maravillosa pensión vitalicia para los magistrados electorales, sin que suene a soborno de próximas elecciones)… bueno me perdí de la historia porque estas magníficas noticias no puede uno callarlas sin lesionar nuestro orgullo de la benemérita administración pública. Habiendo tanto crecimiento, pues, podría decir el Presidente que gracias a las múltiples reformas puestas en marcha, entre ellas la educativa, ahora nuestro país brindaba conocimientos al mundo que revolucionarían la biología universal.

Cuando el fatuo investigador estuvo ante el micrófono, se dignó a responder la pregunta que toda la comunidad científica y el país esperaba: «Mi descubrimiento, como los de todos los grandes científicos, no se debe a un exceso de genio o inteligencia como puede pensarse, sino a la intuición en un acontecimiento cotidiano, el cual es sometido a una hipótesis y nos permite llegar a una teoría o ley. Tal es el caso de Arquímedes o Newton, entre otros predecesores de la ciencia. Pues bien: sucedió que tomé una de las pulgas del laboratorio de psicología experimental, las cuales viven en una cajita que le llaman “la caja de Skinner” (creo que por su forma). Estas pulgas son capaces de responder al estímulo de la palabra “salta”, pero se lo tiene que decir de manera imperativa, si no es imposible que lo hagan. Como ustedes saben, este artrópodo que responde al nombre de “Pulex Irritans L.” (de ahí la importancia de los nombres, pues esa es de categoría humana y sería ofensa o halago decirles “Ctenocephalides canis”, que es la de perro) no tiene alas, y su aparente vuelo se debe a las seis largas patas hechas para saltar y no a unas alitas invisibles que de niños podemos imaginar. Sucedió que antes de despojarle de su primer pata dije a la pulga: “Salta”. Y la pulga saltó, como era de esperarse. Y así sucesivamente mientras le despojaba cada una de sus patas. Para mi sorpresa, cuando sólo le quedaba una pata fue capaz de elevarse, en una pendiente vertical inclinada hacia la izquierda, a una altura de 20 cm con 4 mm que le permitió dar cinco maromas y tres sonrisas antes de caer. Cuando le quité la última pata, le dije: “salta”. Esperé unos segundos y repetí durante tres minutos, cuarenta segundos y dos centésimas la orden. La pulga no saltó. Por lo cual, venerable público, les puedo asegurar, que una pulga, tras haber sido despojada de sus patas queda sorda.» El comité científico aplaudió el descubrimiento y el presidente le dio un cargo a tan prominente científico, que desempeña ahora dignamente.

El sueño pueden pensar que es mentira o que es verídica, y la verdad que no es ni uno ni lo otro, sino todo lo contrario porque es un sueño soñado mientras estaba despierto. Por eso lo cuento, pero cuando desperté del sueño, mientras seguía soñando despierto, estaba riendo de peregrina “tontejada”. Ahora que conozco su significado, la cuento con gran “temor y temblor” de que ese sueño se haga realidad (o si es una realidad, ustedes lo dirán, espero no dure mucho tiempo). Eran tantas las ansias de conocer el significado del sueño, que en calzoncillos y sin tomar café me fui directo a un libro de un discípulo de Freud, que se llama “la interpretación de los sueños desde la dimensión política del hombre”. Para mi sorpresa no se trataba de una fobia a que hubiera pulgas en el lecho de amor, ni tampoco represiones sexuales por dedicar demasiado tiempo a la investigación. El significado es el siguiente (cito la p. 751, donde se encuentran los temas ordenados a manera de glosario): “Sueña con pulgas y descubrimientos científicos quien tiene miedo de que la realidad política siga la marcha del siglo pasado, con sus errores y sus progresos. Generalmente la pulga representa el país en que se vive y lo que sucede a la pulga refleja lo que sucede con el país”.

Por eso, con “temor y temblor” les digo que sí creo que somos la pulga que, en mi sueño, ha sido despojada de sus patas. Hago un breve recuento desde el siglo pasado: con la revolución se nos despojó de un gobierno para el pueblo, pero los mexicanos seguíamos saltando. Después se nos despojó de la auténtica democracia durante 70 años con el monopolio de un partido en el poder, y seguíamos saltando. Se nos despojó de la educación, de la igualdad ante la ley (porque a los funcionarios no se les aplica del mismo modo que a nosotros), de la transparencia de recursos, de los beneficios del erario, y seguíamos saltando. Por último, nos despojaron, a una gran mayoría, de la capacidad crítica y nos volvimos sordos (Bueno, no sordos, sino incapaces de brincar por obvias razones y no por sordera, como dictaminó nuestro flamante investigador. Si alguien continúa sin saber la verdadera causa de porqué no salta la pulga, puede ir a presentar su solicitud en cualquier partido con sede vacante, ya que con esas características puede llegar muy lejos). Así, por medio de la manipulación y el engaño (lo digo con resentimiento porque por culpa de una televisora me daba miedo salir en la noche, porque no quería encontrarme con el “chupacabras”) de esas televisoras oficiales, de las promesas de nuestros políticos, de la apatía política del pueblo y de nuestra mediocridad nos hicieron “sordos” (incapaces de brincar) a la voz del EZLN, de la voz del pobre, del ignorante, del periodista desaparecido, de los intelectuales no partidistas, de pequeños grupos del pueblo que se juntan para defender sus derechos y a otras grandes voces que han tratado de aportar algo para un México más justo. Según la interpretación del sueño, que ojalá sea mentira, nuestra situación no mejora ni mejorará, mientras existan las causas de nuestra “sordera”, los males del siglo pasado seguirán. Las televisoras oficiales nos pasarán los bonitos discursos de nuestra “respetable y venerable” administración pública donde hablen de crecimiento económico, progreso en la seguridad, desarrollo en infraestructuras, impulso a la educación, y largos etcéteras (más que esta columna). Porque ellos sólo escuchan el ruido de las riquezas mientras caen en sus arcas y nunca la realidad. En cambio nosotros, no es que seamos sordos, pero sí nos hacemos o estamos dormidos, y si acaso escuchamos la realidad no queremos o no podemos brincar.

(Nota del editor: no todo lo que hace un escritor incipiente para inspirarse es loable y digno de imitación. Mi consejo es que no tomen Damiana como inspiración si, obligada o voluntariamente, practican el celibato. El segundo es que si quieren saber que significa el nombre del científico busquen cada palabra de su nombre en el Diccionario).


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Helder Cosio
Invitado
Helder Cosio
10 años hace

Excelente moraleja. Vivir en una sociedad donde las mentes brillantes son sinónimo de locura, y los locos son considerados: mentes brillantes. Sumado a eso, las corrientes sociales que muchas veces se hacen pasar por piojos sordos (teniendo todas las patas), pero por no brincar prefieren quedarse así. Saludos amigo.

Jorge
Invitado
Jorge
10 años hace

(Y)

Jorge
Invitado
Jorge
10 años hace

Buen estilo, aunque te recomiendo empezar a forjar el tuyo. Se ve tu influencia al momento de escribir, es imposible negar la cruz de tu parroquia, y más cuando se te conoce. Me parece una buena reflexión sobre el momento actual que vive nuestro país, y el letargo de la sociedad mexicana en la falta de participación ciudadana en materia política, la cual se debe, en su mayoría, en mi humilde opinión, al miedo al cambio, pues siempre es más cómodo la estabilidad que nos ofrece una realidad aprobada con la cual podemos vivir medianamente nuestras aspiraciones, aunque ésta sea… Lee más »

Jorge Meza Peralta
Invitado
Jorge Meza Peralta
10 años hace
Responder a  Jorge

Gracias, tocayo… No reconozco quien sea usted pero agradezco sus comentarios y sus sugerencias. Admito que mi estilo no es del todo original, y que sí lo he elegido es porque con él me es cómodo hablar de cosas importantes sin llegar al tedio… Quizá la originalidad llegue con el tiempo, quizá no… pero no me importa tanto la originalidad comparado con lo que sí me importa la situación en que vivimos y en la que tenemos que vivir. Me gustó su idea de aferrarnos a un pequeño trozo de libertad, aunque sea negativa. Espero poder tratarle más y seguir… Lee más »