Localizaron un nuevo entierro prehispánico en playa El Conchalito, en La Paz

Imagen ilustrativa (Foto: El Sol de Tijuana, 2017)
Este nuevo entierro fue localizado en la investigación de un cráneo localizado en las playas frente a Cicimar, en La Paz; se presume que se trata de un hombre y una mujer entre los 20 y 25 años, mismos que tienen una antigüedad entre los 1,100 d.C o bien, de la época del contacto español
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La Paz, Baja California Sur (BCS). Luego de que se diera a conocer el hallazgo de un cráneo prehispánico humano enterrado en la playa El Chonchalito, ubicada en el municipio de La Paz, investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) lograron rescatar 2 entierres más.

Vale la pena destacar que el cráneo encontrado tiene una antigüedad entre 1,100 d.C y la época de contacto español y misional jesuita, es decir, entre 1533 a 1768 d.C; por su parte, resulta oportuno aclarar que desde 1961 a la fecha, en el sitio se han encontrado 61 entierros prehispánicos.

Según informes presentados por el investigador del INAH en BCS, Alfonso Rosales-López, el cráneo fue avistado en la playa que se localiza frente a las instalaciones del Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas (Cicimar-IPN).

El entierro localizado está compuesto por dos individuos adultos, uno femenino y otro masculino, cuya edad al momento de la muerte era entre los 20 y 25 años, mismos que fueron sepultados de manera simultánea, el hombre abajo y la mujer arriba.

Asimismo, se destacó que los esqueletos tenían removida la cabeza de tal forma que los cráneos estaban en posición vertical, el rostro de la fémina “miraba” hacia el mar y el hombre hacia el interior peninsular.

“A través de las investigaciones hemos concluido que este proceso corresponde a una forma de pensamiento particular de los conchaleños: para ellos la muerte no existía. En su cosmovisión, el individuo entraba a otra etapa de su existencia: la inmovilidad, seguida por una serie de cambios corporales (proceso de putrefacción) indicativos de que el individuo ‘sufría’”, explicó el investigador.

En ese sentido, el investigador indicó que existían 2 exequias, es decir ritos funerarios, en el primero, los cadáveres eran fuertemente amortajados en posición flexionada y sepultados en fosas poco profundas. Tiempo después, entre los 6 y 8 meses, se celebraba la segunda exequia, dónde el cuerpo era destapado y con la ayuda de posiblemente pieles de animal procedían a modificar la anatomía corporal.

“Algunas veces solo movieron una parte anatómica y en otras ocasiones separaron partes enteras del cuerpo. Todo ello de forma manual y sin el uso de instrumentos líticos (de piedra), de hueso o concha. Con esta segunda exequia el fallecido dejaba de ‘sufrir’”, manifestó Rosales-López.

Finalmente, según las creencias, al realizar el segundo ritual funerario, el individuo pasaba a formar parte del entorno, es decir, los difuntos se nutrían del hábitat; la zona arqueológica en el Conchalito tiene una extensión de 3 kilómetros sobre costa y entre 40 o 50 metros hacia el interior.

Con información de Diario el Yucatán


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