Malarrimo, el restaurante de Guerrero Negro que guarda las historias del océano Pacífico

42 años de su establecimiento, este icónico lugar de Guerrero Negro ha crecido para ofrecer también tráiler park y hotel transportadora turística
Comparte esta noticia en:

La Paz, Baja California Sur (BCS). Malarrimo no sólo es un campo pesquero ubicado al norte occidental del municipio de Mulegé, sino también es el nombre del restaurante que recoge sus historias. Desde 1974, don Enrique Achoy y su esposa Susana Cota fundaron el sitio con el objetivo de ofrecer un servicio a los viajeros, mientras la carretera transpeninsular era construida. A 42 años de su establecimiento, este icónico lugar de Guerrero Negro ha crecido para ofrecer también tráiler park, hotel, transportadora turística, avistamiento de ballenas, aves endémicas y migratorias, el antílope conocido como berrendo, pinturas rupestres y scouting para filmaciones.

Malarrimo 6

Antonio Achoy Cota, hijo de don Enrique, hoy es gerente operativo de restaurante Malarrimo, y recuerda que su padre inició con la idea de ofrecer “un lugar donde te atendieran con calidad y calidez […], un lugar que se hizo pensado en los viajeros”.

Malarrimo 14

Enrique Achoy trabajaba en la empresa Exportadora de Sal (ES) y “mucha gente le decía ‘estás loco’”, cuando inició el proyecto de Malarrimo, “porque Guerrero Negro quedaba como a un kilómetro y a la gente se le hacía lejos, había muchas dunas y el restaurant estaba sobre la carretera, prácticamente”.

Malarrimo, la playa, es famosa por ser el punto de descarga de la corriente marina Kuroshio, proveniente de los mares de China y Japón, lo que ha provocado a lo largo de los años que miles de artefactos de barcos, submarinos y cruceros encallen en sus arenas. Malarrimo, el restaurante, desde sus inicios se caracteriza por exhibir muchos de esos objetos, lo que ha dado pie a grandes historias y despertado la curiosidad de los viajeros.

Malarrimo 7

“Hay tantas cosas y tantas historias que convergen en esa playa, en ese punto, que podría ser como un agujero negro de historias del Pacífico”, comenta Antonio Achoy. “Tenemos partes de aviones, hélices, contenedores donde se guardaban cartuchos de pólvora…, en fin”.

Malarrimo 8

Hay tres anécdotas que el gerente de Malarrimo recuerda muy bien. La primera de ellas relacionada con una bandera del submarino estadounidense USS Wahoo (SS-238) de la clase Gato, que hundió alrededor de 20 buques japoneses durante la Segunda Guerra Mundial en el Océano Pacífico y emprendió siete travesías, siendo hundido el 11 de octubre de 1943 por aviones.

Malarrimo 5

“Vino una persona que fue parte de la tripulación del Wahoo, nosotros tenemos un banderín de él, y nos daba una cantidad extraordinaria de dinero, pero nosotros nunca hemos querido vender, así que pensamos, bueno, ¿qué es lo más significativo de la bandera o del banderín de un submarino que tiene tanta historia y ha sido trascedente para la historia de Estados Unidos, pues es que la bandera tiene una clave, entonces nosotros cortamos esa clave y se la regalamos”.

Malarrimo 13

La otra historia se relaciona con el barco Profundis Trident: “Tenemos una placa del cuarto de oficiales de un barco nodriza que se llamaba Profundis Trident, y este barco nodriza, pues se dedicaba a reparar submarinos, y tuvimos un marino que lloró frente a la placa del cuarto de oficiales, lloró, se emocionó, brindó, luego casi le escupió, bueno…, tuvo muchos sentimientos”.

Malarrimo 15

El tercer recuerdo es el de “una botella con un mensaje”. Antonio cuenta que un buen día le llevaron a su padre esta botella para que la incluyera en su colección y que al abrirla y leer el mensaje se percataron que había sido escrito por un niño de 10 años de edad que al parecer viajaba en crucero cuando la lanzó al mar. El pequeño escribió su nombre, su domicilio y pedía por favor que si alguien encontraba la botella lo buscara. Entonces don Enrique le escribió una carta y se la envió a Estados Unidos. Aunque el niño ya no vivía en el domicilio que anotó esa vez, el sistema postal estadounidense lo encontró, ya contando más de 30 años para ese entonces, estaba casado y tenía hijos, lo cual supieron porque se comunicó de vuelta a Malarrimo y habló directamente con don Enrique, a quien agradeció de forma muy sentida “ese regalo de vida”.

Malarrimo 16

Y es que don Enrique era así, dice su hijo Antonio, un hombre que vivía para sorprender a los demás y complacerlos con experiencias inolvidables, muchas veces con la idea de hacer volar su imaginación y por un momento “sacarlos de Guerrero Negro” y su monocromía, aunque ahora, al cabo de cuatro décadas, Malarrimo ofrece exactamente lo contrario, un breviario de sensaciones únicas de esta zona geográfica.

Malarrimo 9

“Mi padre nunca fue chef, mi padre fue cocinero y se hizo aprendiendo de un lado, aprendiendo de otro, le gustaba mucho leer acerca de la comida y él comenzó a hacer sus comidas de fusión debido a las carencias que tiene Guerrero Negro, pues no tenemos dónde cultivar y carecemos de muchas cosas […] Los platillos que tenemos han ido mutando, no siempre han sido los mismos platillos, siempre han sido platillos muy simples, muy sencillos, o algún platillo que no necesariamente encuentras normalmente en la península, como los pulpos a la gallega […] Al principio era sacarlos un poco de lo que era Guerrero Negro y ahora es adentrarlos a lo que es Guerrero Negro, porque el Malarrimo ya se convirtió en un ícono de Guerrero Negro: está Exportadora de Sal, está Malarrimo; está la ballena gris, está Malarrimo; están los berrendos, está Malarrimo; estamos en la biósfera, está Malarrimo; ya nos volvimos parte de esto y es algo de lo cual estamos muy orgullosos”.

Malarrimo 11

“Hasta hace algunos años” este lugar se caracterizaba por ser “la casa del callo garra de león”, pero se ha “perdido un poco ese toque”, lamenta Antonio, a causa de la enfermedad que hoy sufre el molusco, aparentemente motivada por el cambio climático. “Ha sido difícil”, dice, agregando que desde la muerte de su padre, hace cinco años, los esfuerzos se han tenido que redoblar, principalmente por el “compromiso con los turistas que siempre regresan y siguen llegando”.

Malarrimo ha tenido personajes que van desde Chabelo hasta “embajadores”, de hecho, Antonio asegura que “el único” que nunca acudió y siempre lo esperaron fue Carlos Monsiváis. Además, ha albergado producciones de empresas como Warner Brothers México, Animal Planet, National Greographic, México Desconocido, Canal 5 de Japón y CNN Japón.

Hotel Restaurante Malarrimo 1

“Tanto el hotel como el restaurant no es un lugar que te puedan platicar, es un lugar que tienes que descubrir, a veces me topo con que la gente llega con unas expectativas extraordinariamente altas para el lugar, la región y donde estamos, a veces la publicidad de boca en boca incluso nos ha hecho daño, porque es tan buena, que la gente llega con expectativas muy altas, por eso es un lugar que se tiene que descubrir, porque la magia la sientes estando aquí, sentado bajo un montón de historia bajo tu cabeza”.


Comparte esta noticia en:
1 Comenta
Los más viejos
Lo más nuevos Más votados
Inline Feedbacks
Mirar todos los comentarios
Koyaanisqatsi
Invitado
Koyaanisqatsi
8 años hace

Excelente lugar, muchísima historia por descubrir, de mis rincones favoritos en Guerrero Negro. Respect to Don Enrique (QEPD).

×