Manglares de Balandra, sitio para reclutamiento y crianza de pargos; el amarillo es más frecuente 

Los manglares de Balandra se han destacado como un espacio perfecto para la reproducción y crianza del pargo, informa estudiante de UABCS
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La Paz, Baja California Sur (BCS). La Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS) dio a conocer que los manglares son un hábitat de importancia para el reclutamiento y crianza de pargos, siendo el amarillo es el más recurrente, con alrededor del 60 % en comparación a otras especies. Primero llegan cuando son larvas, sufren una metamorfosis para su forma juvenil hasta que obtienen el tamaño y madurez para unirse a la población de adultos reproductivos. 

“Esto se debe a que son hábitats con un ambiente estable en cuanto a temperatura, viento y corrientes, además de que otorgan el alimento necesario para el desarrollo de los peces, así como refugio para protección de depredadores como las aves y especies marinas de mayor tamaño”, explicó el joven universitario Fernando Duarte Ramos. 

Los manglares de Balandra son de gran importancia para 4 especies, en particular de la Familia Lutjanidae, el pargo amarillo (Lutjanus argentiventris), el conocido como pargo perro (Lutjanus novemfasciatus), el coconaco (Hoplopagrus guentherii) y el pargo de manglar (Lutjanus aratus). 

El estudiante del posgrado de Ciencias Marinas y Costeras en la UABCS señaló que, en los primeros meses cálidos, entre junio y agosto, es cuando los huevos y larvas pelágicas se asientan en los manglares durante aproximadamente 28 días de la reproducción. 

De esta forma, el reclutamiento se da durante agosto, septiembre y octubre, de tal manera que se observan peces de hasta un centímetro, posteriormente aumentan su tamaño a la par de su crianza. Conforme para el tiempo, se mueven a arrecifes de roca y con coral para finalizar su primer año de vida y así integrarse a las poblaciones de adultos. 

Mientras el pargo amarillo corresponde a un 60 % de la producción total, el pargo perro es el segundo con un 20% y es el que alcanza las tallas más grandes, mientras que el coconaco y el pargo de manglar apenas llegan a un 10 %. 


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