Morirse en La Paz cuesta entre 12 y 22 mil pesos

Resulta más barato ser cremado que enterrado
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La Paz, Baja California Sur (BCS). Morirse en La Paz cuesta entre 12 y 22,000 pesos, dependiendo de la funeraria que elija, los materiales de su ataúd y si opta por la cremación o el entierro, siendo este último el más caro.

Según datos de Funeraria La Paz, una empresa familiar con basta experiencia que se ubica en 5 de Mayo y Melitón Albáñez, en el caso del entierro tradicional lo que se utiliza en nueve de cada 10 ocasiones es el ataúd “metálico básico”, pues existe la cultura, distinta a otros estados, del entierro organizado por parte de patronatos o el propio Ayuntamiento, que ofrecen sólo este material, el más barato.

En otros estados, explica Roberto Rivera, director general de Funeraria La Paz, se acostumbra más el féretro hecho de madera, generalmente cedro, así como lámina bruñida, mientras que en La Paz sigue siendo “un servicio funerario conservador”, recordando cómo en Jalisco llegó a vender un servicio que incluía un sarcófago completamente de madera y completamente negro.

Un servicio completo puede incluir embalsamar y todo lo referente a la estética funeraria unisex, que incluye asear, vestir, maquillar y rasurar, sin embargo en ocasiones es necesaria la reconstrucción, que requiere de vendas, cera y férulas, así como de dientes, ojos y narices postizas.

En lo que se refiere a cremación, los precios son mucho más bajos y, sin contar ningún otro servicio, se cotizan entre siete mil y 12 mil pesos. Los cuerpos son sometidos a 800 grados Celsius por cerca de tres horas. Hoy pueden encontrarse urnas, avaladas por Profepa, que se deshacen en agua dulce y agua salada para echar al mar o al río los restos de los que nos acompañaron en vida sin contaminar.

Don Roberto Rivera calcula que en La Paz existen cerca de 10 funerarias, incluyendo Jardines del Recuerdo, que es municipal, y cerca de 100 muertos al mes, lo que hace la competencia no poco difícil, incrementando el coyotaje, lamenta, que consiste en el abordaje de familiares abatidos por la pérdida justo en el hospital, a fin de no perder ningún cliente.


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