La Paz, Baja California Sur (BCS). En días atrás, nació el primer becerro producto de un programa de mejoramiento genético, basado en inseminación artificial, en la Posta Zootécnica de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS).
En relación a lo anterior, el responsable del proyecto y quien está a cargo de la Unidad de Bovinos Carnicos, Dr. José Luis Espinoza Villavicencio, mencionó que desde el año pasado se comenzó a utilizar la biotecnología reproductiva en la UABCS, conocida como transferencia de embriones.
Esta tecnología no es algo nuevo, sin embargo, su importancia es que se aplica por primera vez en la Universidad. De hecho, en la entidad ya se han hecho programas de transferencia de embriones, por ejemplo, en el Valle de Santo Domingo, pero ha sido necesario traer técnicos del interior del país.
“En este caso, un servidor y un equipo de trabajo conformado por egresados de la carrera de Producción Animal de la Universidad hemos implementado el programa de transferencia de embriones a nivel local, de forma exitosa”, explicó.
Una vaca puede producir una cría por año, pues su periodo de gestación aproximado es de 9 meses; además, para volver a gestar requiere de un periodo de 100 días. Sin embargo, con la técnica utilizada, que inicia con un tratamiento hormonal, se pueden obtener hasta 30 o 40 ejemplares.
Una vez que la vaca se insemina, se esperan 7 días, tiempo en el que ya se tienen los embriones en el útero. Después, a través de un lavado con medios especiales, se colectan con un filtro que deja pasar nada más el líquido y en la base se quedan los posibles embriones.
Posteriormente, el filtro se traslada al laboratorio y mediante un microscopio estereoscopio se localizan y con pipetas se separan para colocarlos en medios especiales. Concluido esto, se evalúa el grado de desarrollo de calidad.
El catedrático universitario señaló que una vez transferidos se deben esperar 4 semanas para diagnosticar, a través de un ultrasonido, la preñez o no preñez; existiendo una taza de éxito del 50 o 60 %, dependiendo de factores como el proceso, las condiciones del trabajo o el estado de las vacas.
Para la selección de los toros, se utiliza el semen de compañías que cuentan con animales probados a nivel mundial, mismos que son superiores genéticamente porque se reflejó en las crías que produjeron.
Finalmente, Luis Espinoza enfatizó que la tecnología habrá que ajustarla a las condiciones locales; para lo que será necesario adquirir las habilidades que se requieren y contar con las bases teóricas y filosóficas.
