La Paz, Baja California Sur (BCS). Científicos de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) estudian la concentración y distribución de metales traza en sedimentos marinos y tapetes microbianos para saber cómo evolucionó la vida en la Tierra.
Asimismo, pretenden conocer qué signos de vida buscar en otros planetas de estrellas distantes, por lo que la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA) también realiza investigaciones en las lagunas de Guerrero Negro, en Baja California Sur.
En un comunicado, la Academia Mexicana de las Ciencias (AMC) refirió que para el científico del Instituto de Investigaciones Oceanológicas de la UABC, Miguel Huerta Díaz, los tapetes microbianos se forman por varias capas de microorganismos, principalmente en las bacterias y dentro de cada tapete se crea una amplia gama de ambientes químicos internos.
Detalló que los tapetes miden apenas unos centímetros de espesor y tienen la apariencia de un ate adherido a las rocas o a los sedimentos de los ambientes acuáticos; se desarrollan mejor en ambientes extremos como las aguas hipersalinas, aguas termales, respiraderos hidrotermales en las profundidades del océano, estanques de la Antártida y el hielo marino.
Los investigadores creen que éstos fueron de los primeros ecosistemas que poblaron la Tierra, pero debido a que no forman estructuras minerales duras que dejen un registro fósil, es un reto encontrar «huellas» o marcadores que den indicios de cómo funcionaban y en dónde se encontraban en el pasado.
Por ello, el equipo de trabajo de Huerta Díaz se ha dedicado a comparar las concentraciones de diferentes metales presentes en los tapetes microbianos, de apenas unos cuantos años de antigüedad.
Dijo que según sus resultados, en estos microecosistemas hay una alta acumulación de molibdeno combinada con un grado intermedio de piritización (un proceso de fosilización que ocurre cuando la materia orgánica se descompone en un ambiente carente de oxígeno y produce sulfuros de hierro, un metal dorado) y ligeros empobrecimientos de hierro.
Añadió que desafortunadamente los datos no son concluyentes respecto al enriquecimiento del molibdeno por lo que se requiere de mayor estudio para determinar en dónde exactamente se da éste y por qué es producido.
Huerta Díaz prevé participar en el proyecto de investigación en el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore en Estados Unidos para analizar en qué parte exactamente de los tapetes microbianos ocurre el enriquecimiento con molibdeno.
Notimex