La Paz, Baja California Sur (BCS). Los daños en la infraestructura y equipo que generó el huracán Odile, y un posterior incendio en sus talleres, al Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (Cibnor) le costarán 30 millones de pesos subsanarlos.
Daniel Bernardo Lluch Cota, director general del Cibnor, calificó como menor el perjuicio, asegurando que el plantel labora a un 95% de su capacidad a partir de esta semana; “la pérdida, afortunadamente, es que los organismos que tenemos en cautiverio, las muestras, fue mínimo”, dijo.
Estanques, techos, ventanas y puertas fueron los objetos que más se perdieron durante el huracán Odile, a causa de las rachas de viento de 250 kilómetros que experimentó en la ciudad de La Paz.
La instrucción científica solicitó al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) ayuda para recuperarse al 100%. Lluch Cota confesó que aún prueban aparatos que se mojaron en los laboratorios, “pero no estamos seguros de que funcionen”.
“Los equipos más caros, los analíticos, se encuentran en laboratorios nuevos, que están construidos con especificaciones para fenómenos climatológicos como Odile, pero equipos menores de cómputo distribuidos en todo el centro se dañaron”, precisó.
Sobre el incendio que consumió un área de las instalaciones, sólo unos días después del huracán Odile, dijo que ya se tiene el dictamen de la aseguradora. Se desechó que haya sido un corto circuito la causa del fuego. Sin embargo, en próximos días recibirán el veredicto de la empresa para conocer cómo inició el incidente.
En la madrugada del 23 de septiembre, el edificio B fue devastado por las llamas. Se quemaron los talleres de carpintería, eléctrico, herrería, albañilería, taller mecánico automotriz y un laboratorio de bioquímica.
Actualmente en Cinbor ingresaron 70 personas a sus programas educativos; en total, hay 170 estudiantes tomando clases con normalidad.
La Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS) también sufrió afectaciones; valuó en 50 millones de pesos que se ocuparían para reponer las ventanas de los siete edificios siniestrados, en las que el viento destruyó ventanas, mojó mobiliario, el museo universitario, lampas, equipo de cómputo, entre otras cosas.
