La Paz, Baja California Sur (BCS). Un niño sonreía con un globo rojo en la mano con un mensaje: el Buen Fin. La madre recogió las bolsas,esquivó a varias personas que se arremolinaban frente a los televisores plasmas, mostró su ticket al encargado de seguridad del lugar y, entonces, se perdió de vista al cruzar la puerta eléctrica.
El patrón era el mismo en Waltmart, Soriana o Comercial Mexicana. La gente se paseaba buscando algún producto que los convenciera; primero, el precio y, segundo, la utilidad. Por eso, detenían su procesión en perfumería o en el área de ropa o electrónica.
Los niños y niñas correteaban por los pasillos con juguetes en las manos, a veces dulces. Parecía que el huracán Odile nunca llegó. Parecían felices. Las plazas comerciales atrajeron a miles como un vaso con soda hipnotiza a las abejas o las palomillas vuelan hasta la luz del foco, poseídas de un impulso más fuerte que su voluntad.
¿Cómo podían desaprovechar dar el anticipo del 5% para el DVD y liquidar hasta el 17 de diciembre?
Las tiendas departamentales en La Paz, principalmente, se atestaron con personas que tenían una sola idea en cabeza: comprar. Desde su creación, en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, el Buen Fin, estableció la necesidad por valer “los descuentos”, y se ha se enraizado en la capital de Baja California Sur.
Las televisiones de todas las marcas, por lo general, presentaban rebajas de 200 a 400 pesos; las bicicletas para pequeños de 1,399 pesos a 979 pesos; anuncios con promesas de apoyar a los usuarios de tarjetas de crédito con hasta 18 meses sin intereses; una cantidad inimaginable de accesorios para celular baratísimos; en fin, lo mismo de siempre, pero con precios un poquito más bajos.
De acuerdo con información presentada en el portal de Sinembargo.mx, la Asociación de Bancos de México (ABM) durante el Buen Fin de 2013, las compras con tarjetas de crédito y débito ascendieron a 31 mil 200 millones de pesos, 18 mil 500 millones fueron con plásticos crediticios, de donde 41 por ciento, es decir siete mil 590 millones, fue bajo la modalidad de meses sin intereses.
A modo de broma, una mujer comentó al ver tanta gente acarreando refrigeradores y televisores, se le vino una imagen familiar cuando los habitantes de Los Cabos robaron las tiendas departamentales.
