La Paz, Baja California Sur (BCS). El alcalde del Ayuntamiento de La Paz, Armando Martínez Vega, dio a conocer en la Tercera Sesión Ordinaria de Cabildo, llevada a cabo este martes por la mañana, que en la pasada administración, que encabezó Esthela Ponce Beltrán y Francisco Monroy Sánchez, se otorgaron 22 permisos de alcohol, a funcionarios municipales, en su mayoría regidores, que no fueron pagados.
“El honorable XIV Ayuntamiento otorgó a diversos regidores y servidores públicos licencias de alcoholes indebidamente, sin efectuar el pago correspondiente, según lo estipulado en la Ley de Hacienda Municipal, hasta por un importe de 2 millones 365 mil 875 pesos”, reveló Martínez Vega en su intervención.
Fueron los regidores Javier González Rubio, Silvia García Guzmán, Pilar Eduardo Carballo, Saúl Lamas Guzmán, Fernando Barajas Gámez, José de la Toba Camacho, Ana Luisa Castañeda, Ricardo Fiol Higuera, Javier Martínez González y Alma Melissa Bernal, quienes se adjudicaron un permiso “restaurant-bar”, para le venta de alcohol, con un valor de 105,150 pesos cada uno.
Hubo casos como el del regidor Pilar Eduardo Carballo, a quienes se le entregaron 3 permisos, con un valor de 315,4150 pesos; Norma Alicia Castañeda, obtuvo 2 de estos, y quedó debiendo 178,750; Fausto Álvarez también recibió 2 para “restaurant-bar” de 210,000 pesos; y José Javier Ramírez Castro, se llevó sin pagar 2 más, para centros nocturnos, con un valor de 294,420 pesos.
Sin embargo, los regidores no fueron los únicos beneficiados de licencias de alcohol gratuitas, también hubo funcionarios como el extesorero Rosendo Castro Orante, quien se fue con una licencia para un restaurante que cuesta 105,150 pesos; el exsecretario General, Guillermo Beltrán Rochín, obtuvo 2 permisos de 210,300 pesos; y la subidrectora de Inspección Fiscal, Martha Elena de la Peña, también obtuvo una licencia de 105,150 pesos.
Durante esta sesión, se llegó al acuerdo de solicitar una auditoria forense debido al resultado que arrojó el primer análisis del informe de la entrega-recepción que Monroy Sánchez dio a la salida de su mandato, como alcalde suplente.
El mexicanísimo «no le pido a dios que me dé, sino que me ponga donde –para hacer más perfecto el mexicanismo– ‘haiga'».