«Macheteros»: hombres de la tercera edad que luchan por emplearse

Ofrecer sus servicios de plomería, electricidad y mudanza ya no les permite subsistir a los desempleados de la calle Valentín Gómez Farías
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La Paz, Baja California Sur (BCS).- Para los “macheteros” de la esquina Valentín Gómez Farías y Melchor Ocampo “se acabó todo el negocio”. En una versión bastante local de la Unión de Trabajadores no Asalariados y Oficios Varios del Zócalo, vemos a los veteranos esfumarse uno a uno ante la cada día más reducida bolsa de trabajo que ofrece la ciudad y el tiempo que no los hace más jóvenes.

Don Martín, uno de ellos, recuerda que hace 20 años llegaron a ser hasta 30 los que en esa esquina se ofrecían para desempeñar oficios de plomería, electricidad, poda de árboles, mudanza, pintura de brocha gorda y más; ahora, después de la depresión económica del centro y los cambios en las rutas de los camiones de carga, asegura, no son más de 9 y “la esquina se ve triste, sola”.

Pero eso sí, prefieren no colocar ningún letrero que indique que ofrecen algún servicio, “porque ya nos conocen”, dicen algunos, y “¿pa’qué?”, señalan otros, sin mencionar que nada más trabajan de 7 de la mañana a 12 de la tarde, pues luego “no hay más jale y no tiene caso”.

El más joven del grupo tiene 60 años de edad y el más veterano suma ya 72. Según aseguran, ninguno tiene hijos, con excepción de don Valentín, que tiene 4, “pero ya grandes”.

Los que aún se mantienen en la esquina Valentín Gómez Farías y Melchor Ocampo han trabajado desde casi siempre en ese lugar, antes tuvieron trabajos como velador, mecánico y jardinero, pero la mayoría ha subsistido de la misma manera.

Armando Meza, de 62 años, asegura que su edad no le impide realizar trabajos pesados ni mucho menos trabajos domésticos de calidad, pues a pesar de continuar en la esquina cuenta con “mucha experiencia ganada a pulso”.

“Ofrecemos nuestra experiencia. La gente dice ‘ta’ viejo ese compa’, pero lo que ofrecemos es la experiencia. Yo tengo más de veinte años podando árboles, aprendí en Durango, y también sé pintar y lo que sea”.

Como cuando se trata de chistes, los “macheteros”, como se hacen llamar, son parlanchines, pero cuando se trata de entrevistas más bien son ariscos, por uno hablaron todos cuando se les preguntó cuáles son sus planes para el futuro: “aquí vamos a seguir esperando”, dijo don Martín, y los demás sólo rieron y se rascaron la cabeza.


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