La Paz, Baja California Sur (BCS). Este sábado 27 de febrero se presentó en el Teatro de la Ciudad de La Paz, la obra Noreste, del escritor Torsten Buschteiner, basada en un hecho real ocurrido en el año 2002 en Rusia, donde un grupo de chechenos toman por asalto el Teatro de Dubrovka en Moscú; los sucesos son narrados por 3 mujeres que vivieron el momento: una de las terroristas, una doctora y una mujer que se encontraba dentro del lugar.
“Las obras de teatro de verdad tienen valores universales, nosotros no venimos a hablar de un evento que sucedió en Rusia en 2002 y que afectó a unos cuantos que estaban viendo una función de teatro, en realidad estamos hablando de las ambiciones, de las pasiones, de la intolerancia, de la intransigencia, de la incapacidad de negociar a través de vías pacíficas, de la aceptación del otro que no es como yo, del fanatismo, de eso estamos hablando, y eso está en todos lados; entonces, digamos que esta obra podría partir de lo particular, que fue un evento concreto en una noche fría de octubre en el 2002 en un teatro de Moscú, pero de ahí se va al universo, esa mujer que está luchando por salvar a su hija es todas las mujeres del mundo salvando a todas las hijas; el verdadero arte tendría que rebasar el universo”, explicó Ignacio Flores de la Lama, director de escena.
“El miércoles 23 de octubre de 2002, 42 chechenos tomaron por asalto el Teatro de Dubrovka en Moscú, interrumpen la función de la comedia musical ‘Noreste’ y toman 850 rehenes. Su demanda: La inmediata retirada de todas las tropas rusas de Chechenia. La toma de rehenes duró 57 horas y cobró la vida de 170 personas”, narra el músico en escena, Alberto Rosas, tocando lentamente su acordeón. Comienza la obra.
“Creo que la reflexión que queda de esta obra, y nosotros siempre hablamos de eso, es preguntarnos si la violencia puede acabar con la violencia, y no creo que la violencia sea la respuesta, y creo que eso al final el autor se está cuestionando con esta obra […] El final es algo para reflexionar sobre eso, hoy en día en México sí sucede, no en una La Paz, pero sí en otros estados, en rancherías, en los montes, en las ciudades grandes, donde de pronto llega un comando armado a una fiesta de 15 años, secuestran a 15 de la familia, matan a otros, esto sucede en México lamentablemente, claro que cuando este hecho sucedió en el 2002, no estaba el país como ahora, a nosotros nos resuena mucho el tema y realmente es una obra que, en el mejor de los casos, mueve conciencias”, destacó Daniela Zavala Bernal, productora de la obra.
Las actrices Paula Watson, Aurora Gil y Ericka Ramíez interpretan 3 puntos de vista de un mismo hecho, diferentes perspectivas y emociones: la primera, una de las chechenas que toman el teatro; la segunda, una doctora que entra al lugar a atender a los rehenes y descubre que su mamá e hija están ahí; y la tercera, una mujer, que acudió a ver la obra, junto con su esposa e hija. La historia fue narrada cronológicamente, cada una en su visión de los hechos, cada una transmitiendo sus emociones, sus miedos, sus tragedias, sus motivaciones; intercalando diálogos, pasando de una a otra en sólo segundos, que lograron captar totalmente la atención del público.
“Una de las ventajas del texto es que está narrada en 3 voces distintas, muy diferentes y distantes entre sí, sin embargo, forman parte de un evento, una chechena de las que toma el teatro; otra, una doctora que logró entrar al segundo día revisar a la gente, y se da cuenta que su hija y su mamá estaban ahí, y no lo sabía; y una madre, una rusa que va al teatro con su esposo y su hija, y es una situación inesperada que nadie imaginaba que esto podía suceder; además, de estar pasando del punto de vista de una a otra, y a otra, y luego otra, en un mismo evento y momento, y como el tiempo va pasando por minuto, ellas lo van narrando cronológicamente, es algo muy interesante, eso le gusta mucho el público; a pesar de que el tema es muy denso, muy fuerte, uno puede viajar con él de una manera muy sencilla porque las palabras del autor han sido seleccionadas de manera que la gente lo entienda”, narró Zavala Bernal.
Noreste no necesitó muchos elementos en el escenario, sólo 3 bancos, decoración que representaban las butacas del Teatro de Dubrovka y proyecciones de vídeos originales del acontecimiento, y el juego de la iluminación, que fue parte fundamental de la obra dramática. Lo más importante, es el papel de las actrices y su interpretación, en combinación con la música, entre cortes de escena, entre pausas, la música marcaba los estados de ánimo: el estrés, la tensión, el miedo de cada uno de los personajes.
“La dirección escénica normalmente siempre ha sido considerada como 2 grandes áreas, una es la puesta en escena, que tiene que ver con todos los elementos de control, la parte plástica, visual, auditiva, la profundidad, el tamaño, la forma, el color”, anotó Flores de la Lama; “pero, hay otro trabajo que es como más detallado, que son los universos íntimos de los personajes que habitan a través de las conciencias de los actores, esto es lo que llamamos dirección de actor, es mucho más sutil, y en ese sentido yo te podría decir que esta obra trabaja mucho más con lo segundo que con lo primero, si bien hay una puesta en escena, pero hay mucho más trabajo de construcción de humanidad desde la psique de las actrices, quienes tienen que conectarse con su ser interno para hablarnos de su soledad, del sentimiento de supervivencia, la pérdida de la dignidad, esos elementos que están jugando en la obra de pronto tienen que escarbar en su propia conciencia”.
Finalmente, el director de Noreste –que duró casi 2 horas–, señaló que las personas se pueden quedar con diversos elementos de la obra, tal como la forma en que se desarrolló, el tipo de obra documental, y el texto, que ha sido representado en muchas partes del mundo con gran éxito.
“Siempre es muy complicado decir con qué se queda el espectador, para la gente de teatro puede ser muy interesante ver una obra de lo que hoy se ha llegado a llamar, en términos estructurales, como narraturgia, que es un teatro muy de palabra, donde el actor, de tiempo presente evoca cosas del pasado y lo vive como un presente, rompiendo la cuarta pared, es una estructura dramática muy en boga en estos días; otra parte interesante es que es algo llamado teatro documental, es algo histórico y real, que se reproduce y se recrea; también es un teatro más interesante y novedoso en la dramaturgia europea, se ha representado el texto en muchos lugares del mundo en diferentes formatos y siempre con mucho éxito”.
Noreste es una obra coproducida por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Argos Teatro y Caja Negra, y la presentación en La Paz fue una de las muchas ciudades elegidas para la gira que está realizando en el país, con Daniela Zavala Bernal, como productora, e Ignacio Flores de la Lama, como director de escena.
