Temen ecocidio en Laguna Ojo de Liebre, por desechos de la salinera; afectaría a las ballenas

El santuario ballenero en la laguna Ojo de Liebre, en la Reserva de la Biósfera del Vizcaíno, podría estar en peligro, incluso, se han reportado ya casos de ballenas muertas; ejidatarios y académicos piden al gobierno investigar a profundidad
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Guerrero Negro, Baja California Sur (BCS). En la laguna de Ojo de Liebre –dentro de la Reserva de la Biósfera de El Vizcaíno, municipio de Mulegé–, se teme un desastre ambiental por el vertido de los residuos de la empresa salinera Exportadora de Sal, S.A. (ESSA, mitad del Fideicomiso al Fomento Minero y mitad de la corporación japonesa Mitsubishi– lo que afectaría el hábitat de la ballena azul y gris, entre otras especies; ejidatarios e investigadores solicitan una investigación a fondo para conocer si esta situación pone en peligro a animales en peligro de extinción que allí invernan y se reproducen.

Lo anterior lo afirma Emilio Godoy de IPS, en un reportaje publicado en el sitio Contralínea. Al respecto, Juvenal Muñoz, presidente del Comisariado de Bienes Comunales del ejido Benito Juárez, dijo que esta situación «nos preocupa, porque es una gran afectación. Puede ocurrir un desastre por lluvias o temblores. Pero las autoridades niegan que eso afecte; dicen que todo lo hacen bien»; y es que, desde hace varios años, la empresa lanza los desechos líquidos en un depósito en esa laguna, sitio de reproducción de ballenas, la foca del puerto, el león marino de California y 4 especies de tortugas marinas en riesgo de extinción.

El ejido Benito Juárez es uno de los 4 que le rentan terrenos a ESSA. Actualmente —según la misma fuente– la salina ocupa 330 kilómetros cuadrados, siendo la compañía una de las mayores empresas mundiales de la sal marina obtenida mediante la evaporación solar del agua de mar; ESSA produce anualmente unas 8 millones de toneladas netas de sal que se exporta principalmente a Japón, Estados Unidos, Corea del Sur, América Central, Nueva Zelanda, Canadá y Taiwán; sin embargo, el área de operaciones de la compañía, incluyendo las pozas de desechos sólidos y líquidos, es uno de los 4 sitios más contaminados de Baja California Sur, según datos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.

Los depósitos poseen una concentración de 40 % de cloruro de magnesio, que convierte sus sales más densas que las del Mar Muerto, situado entre Israel y Jordania. Esa agua con gran concentración de salmuera, es rica también en sulfato de magnesio y cloruro de potasio, con lucrativos usos industriales y comerciales; desde 1996, ESSA ha acumulado 300 millones de toneladas métricas de salmuera en una zona de 40 kilómetros cuadrados, a las que se suman los 10 millones anuales que genera su producción, según documentos de la compañía consultados por IPS.

«Esos documentos reconocen que el volumen de cloruro de magnesio almacenado representa un riesgo de severo daño ambiental, incluyendo la destrucción del santuario ballenero, en el caso de un derrame sobre la laguna a causa de un huracán u otro fenómeno meteorológico», se cita en el reportaje. Antes de aquel año, ESSA lanzaba la salmuera al océano, pero ante posibles sanciones por violar las normas ambientales optó por guardarla en depósitos próximos a la laguna de Ojo de Liebre.

El investigador Jorge Urbán, responsable del Programa de Mamíferos Marinos de la Universidad Autónoma de Baja California Sur señala que «siempre hay un riesgo, aunque no ha sucedido en estos años. En sí, las operaciones de ESSA no parece que afecten a las ballenas. El área también se ha convertido en área de descanso de aves migratorias», aunque en diciembre de 1997, aparecieron 94 tortugas muertas dentro y fuera de la laguna, y un comité científico designado para investigar sus causas concluyó en julio de 1998 que un derrame de salmuera provocó el deceso de los quelónidos, pese a esto, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) no ejerció ninguna acción legal contra ESSA por esta situación, según la misma fuente.

El 13 de enero de este año, la Profepa informó del hallazgo de 7 ballenas grises, 6 ballenatos y un espécimen juvenil, varados muertos en diferentes puntos de Ojo de Liebre; el 31 de enero, volvieron a reportar ahora 9 ballenas grises muertas en esa misma laguna, de las que una era adulta y los demás ballenatos.

«Es necesario que haya un control de todo eso. Conviene que hagan las cosas bien y que resuelvan los problemas que son evidentes para que no suceda una tragedia ambiental», solicitó el ejidatario Juvenal Muñoz; también Jorge Urbán hace la petición de investigar más profundamente la presencia de los residuos y su impacto sobre el ecosistema, dijo que «habría que analizar las tasas de recambio de agua por mareas. La autoridad debe indagar esos temas».

Con información de Contralínea / Foto: Archivo.


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