La Paz, Baja California Sur (BCS). Ante los micrófonos de BCS Noticias, Paola “N” de 22 años de edad —quien vive en Guadalajara, Jalisco—, detalló cómo su tío abusó de ella por aproximadamente 16 años en La Paz, recibió el apoyo de sus padres y otros familiares, cuya hija también fue víctima; pero revela que las autoridades no le han dado seguimiento al caso.
“Inició a partir de los 3-4 años y terminó cuando yo cumplí 20 años, fue la última vez que me tocó. Cuento con el apoyo, únicamente de mis padres y de los padres de mi prima, mi prima también fue otra víctima de él, de muy pequeña hasta los 27-28 años”, detalló.
Dio a conocer que el abuso duró muchos años debido a que disfrazaba sus intenciones como actos de afecto hacia ella, pero fue a los 10 años cuando comprendió lo que sucedía; intentó alejarse, pero también le daba miedo denunciar, porque sentía que nadie le iba a creer.
“No necesariamente me amenazaba, pero lo hacía ver como algo normal (…) él actuaba conmigo como cualquier tío normal, un tío cariñoso que me daba un abrazo, un beso, mientras me metía las manos.
“Siempre me sentí sola, sentía que cuando hablara nadie me iba a creer, que me iban a echar la culpa a mí y también porque yo, con mi tía —que es su esposa— y a mis primos tenía muy buena relación; ellos eran mi salvavidas cuando todo salía mal en mi casa; y no quería destruir esa bonita familia que tenían”, comentó Paola “N”.
Si bien recibió apoyo, la esposa del presunto abusador sexual de menores la tachó de provocadora y que solo quería sacar dinero de la situación, algo que niega, pues incluso cuando le ofrecieron apoyo económico para sus estudios, dice que jamás lo aceptó.
“Mi tía —su esposa— de quien más esperaba el apoyo, no le importó, incluso el simple hecho de que yo lo denunciara era muy probable que él, como militar, lo castigaran y le quitaran su jerarquía y su pensión, eso era lo que decía mi tía, que se iba a quedar sin dinero”, comentó.
Pide a las autoridades que den seguimiento a su caso
Fue en septiembre del 2022 que interpuso la denuncia en el edificio rosa de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) y aunque le aseguraron que mantendrían comunicación con ella, detalla cómo la negligencia se hizo presente.
“Tuve que viajar a La Paz, yo soy del estado de Jalisco, acudía a la Subprocuraduría de Justicia Alternativa —el edificio rosa—, el primero de septiembre; nunca me llamaron, tuve mi primer acercamiento que fue mi toma de declaración y solamente me dijeron que me iban a llamar en esa semana, que me iban a hacer un chequeo médico y una valoración psicológica, nunca me llamaron”, puntualizó.
Asegura que, cuando por fin acudió al edificio, se le notificó que al día siguiente tenía una cita con el agente; comenta que no le han dado la importancia necesaria a su caso.
“Al agente no le habían pasado mi carpeta, no tenía conocimiento, sabía porque lo escuchó, pero no le pasaron como tal un oficio, nada”, informó.
De acuerdo con lo que le comentaron, cada 15 días iba a acudir a terapias, pero a 5 meses de meter los papeles no ha ocurrido nada; comenta que la atención psicológica sirve al caso para recabar pruebas de los daños y traumas que le generó haber sido abusada por tantos años.
“Me gustaría hacer el llamado a las autoridades correspondientes para que no se siga minimizando, normalizando la violencia que muchas niñas, mujeres, niños incluso, sufren a diario, que se quedan sin recibir la justicia que tanto necesitamos, porque en su lugar nos juzgan o dudan de nosotros”, finalizó la joven de 22 años.
