Una barda de Waldo’s en La Paz cayó en su negocio, y dejó ciego a su perro

La Paz, Baja California Sur (BCS). Bolería Nuevo Centro quedó sepultada bajo una barda de concreto de aproximadamente 25 metros de largo por 12 metros de alto, misma que también dañó la estructura de la nueva ampliación en Casa del Estudiante Sudcaliforniano.

Se trata del muro trasero de la tienda Waldo’s, en Plaza Forjadores. José Manuel Cabrera García, instalado desde hace ocho años en el lugar, asegura que la empresa no se hace responsable de los daños, tanto en la bolería como en el recinto de gobierno, debido a que se trató de un acontecimiento provocado por un desastre natural, en este caso el huracán Odile.

“La licenciada, gerente de Waldo’s 5 de febrero, dijo que la aseguradora no cubría daños de esta índole, porque no cubría ni tsunamis, ni temblores, ni ciclones, entonces yo le comenté que cómo iba a ayudar a la Casa del Estudiante y a mí, que somos los más afectados, y dijo que ni a la Casa del Estudiante ni a mí nos iban a pagar, pasara lo que pasara. Yo sólo le dije que esperaba yo que lo dijera enfrente de la cara del gobernador Marcos Covarrubias, de que no iba a pagar nada la aseguradora”.

José Manuel Cabrera tiene una familia de seis miembros, entre ellos dos menores de edad, de 4 y 7 años, sus nietos. Calcula una pérdida mínima de 15 mil pesos, aunque a una semana del suceso la suma incrementa.

Chester, un perro de siete años que fungía como guardián de Bolería Nuevo Centro quedó atrapado durante seis días debajo de los escombros de Waldo’s, y luego del rescate perdió la vista a causa del cemento en los ojos.

“Los bomberos y la Cruz Roja dijeron que no se podía rescatar, porque tenían más prioridad con la ciudadanía que con un perro, y no tuvimos más que aceptarlo. Sacamos a Chester hace dos días, cuando comenzó a llover por la noche, pero quedó ciego por el cemento que cayó, el polvo, tiene una infección, no ve, choca con las cosas”.

Ahora, con la esperanza de que la barda de Waldo’s sea retirada uno de estos días, el dueño de Nuevo Centro pasa 12 horas al día haciendo guardia frente a las ruinas de su negocio, para hacerse al menos de material suficiente para volver a bolear y llevar comida a su casa.

“Agarraron de rampa hacia arriba para quererse meter a la tienda de Waldo’s a robarla, hemos correteado a dos muchachos que se han querido brincar, y por eso estoy desde el día del huracán, el domingo pasado, hasta hoy, ocho días después, de las siete de la mañana a las siete de la noche, cuidando, más que nada las cosas que me sobran, que no se dañen más de lo que ya están dañadas […] Tengo siete días sin trabajar, ya vendí mi tele, mis cosas, ya no tengo nada para poder llevar comida a mi casa, y nadie ha podido venirme a quitar lo que está arriba de mí para que yo pueda laborar y sacar mi herramienta de trabajo, todo está ahí y no tengo con qué comprar más”.