Universitario de BCS estudia cerebro humano y reproduce patrones en computadora

Mediante un Interfaz Cerebro-Computadora, comprendió las partes de la mente que se activan cuando una persona pone atención o está relajada
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La Paz, Baja California Sur (BCS). La comprensión del funcionamiento del cerebro a través de algoritmos matemáticos, así como escudriñar en las intrincadas redes y pulsos eléctricos para crear tecnologías que mejoren la vida de los sudcalifornianos, es una tarea que emprendió el joven Marcelo Luis Ruíz Rodríguez, estudiante del Departamento de Sistemas Computacionales de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS).

Su labor, supervisada por el doctor Eduardo Romero Vivas, ha valido un gran avance en Baja California Sur en el estudio de las ondas cerebrales para procesarlas e interpretarlas en una máquina, es decir, crear un Interfaz Cerebro-Computadora.

Al entender los patrones cerebrales mediante tareas mentales sencillas, y con la el uso de tecnología a través de un equipo de electroencefalografía, el universitario pudo deducir las partes de la masa encefálica (cerebro) que se encienden cuando una persona pone atención, está relajada o, simplemente, analiza determinado problema.

Marcelo tiene 24 años. Su estudio lo realizó en una estancia dentro del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (Cibnor).

Este estudio no es nuevo, comenzó en 1875 cuando Richard Caton, con un galvanómetro (instrumento que determina intensidad y sentido de una corriente eléctrica), observó impulsos eléctricos en la superficie del cerebro de animales vivos.

“Para poder identificar los patrones similares es necesario utilizar un modelo matemático que permita diferenciar las actividades a realizar, para esto se utilizó en conjunto con ciertos algoritmos una red neuronal artificial”, explicó el estudiante.

Su esfuerzo lo hizo merecedor al primer lugar en el II Encuentro Estatal de Jóvenes Investigadores de BCS, organizado por el Programa de Acercamiento de la Ciencia a la Educación (PACE) del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (Cibnor).

“Todo este proceso fue llevado a cabo mediante protocolos de uso y entrenamiento que se establecieron previamente que permiten el uso seguro del equipo de electroencefalografía”, detalló el joven.

En 60 minutos, el usuario realizaba una serie de ejercicios hasta lograr que el algoritmo produjera lo que la mente del individuo hace, “de manera correcta al menos 8 veces de cada 10 intentos”.

Un algoritmo consiste en una lista ordenada de operaciones que tienen el propósito de buscar la solución a un problema.

Marcelo estudia la ingeniería en Tecnologías Computacionales con promedio de 99  y, durante cuatro semestres, ha logrado el primer lugar.


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