Verifican redes de pescadores para saber influencia en mortandad de caguama

Cibnor junto a Conapesca y Sagarpa propondrán una serie de recomendaciones para mitigar efecto de artes de pesca ribereña
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La Paz, Baja California Sur (BCS).  Tener la certeza sobre la influencia real de la pesca ribereña en la mortandad de la tortuga amarilla (Caretta caretta), en Comondú, es el objetivo del grupo de expertos que dirige el investigador del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (Cibnor), César Salinas Zavala.

El organismo científico se dio a la tarea de probar una de varias hipótesis que se han puesto en la mesa, a petición de la Comisión Nacional de Pesca (Conapesca) y la Sagarpa, esta es: qué tan alto es el impacto de los trabajadores del mar sobre la especie.

El perito en ecología pesquera y manejo en recursos naturales explicó que son dos investigaciones paralelas que se realizan. Una orientada a la Verificación de los sistemas de pesca en el Golfo de Ulloa (GU); la otra, para encontrar medidas para Mitigar la captura de tortuga amarilla en los equipos de pesca artesanal del Golfo de Ulloa.

“El proyecto va encaminado a un programa de ordenamiento pesquero con dos vertientes: definir actores que están ahí cuántos pescadores, cuántas lanchas, cuántas artes de pesca, qué tipo de artes de pesca tienen y, por el otro lado, un programa de observación de la actividad de cómo se está pescando”, explicó.

Hace casi dos años, reiteró, se establecieron diferentes hipótesis para probar referente a la muerte de quelonios en las costas de Comondú.

“Ahora se pone a la pesca como la principal causa, se acotan otras posibles causas como el cambio climático; En este caso, es como un detective que va a encontrar las causas de un asesinato o una muerte, y que se tienen que probar, entre ellas, las enfermedades, se han encontrado particularidades en el Golfo de Ulloa, la hipótesis de contaminación, entre otras”, precisó.

El supuesto de que las artes de pescas (o redes) de pescadores ribereños es el punto que investigan, “creemos que se ha sobredimensionado desde mi punto de vista personal”.

Por ello, dijo trabajan desde el punto neutral de la ciencia para descartar cada uno de los postulados, pero cree que “la temperatura es un modulador de las causas directas de una mortandad multifactorial”.

Para sostener su argumento, sólo recordó que la biología de la tortuga marina no le permite regular su temperatura como los mamíferos.

Por ejemplo, “en esa zona de la costa occidental, hay influencia de la corriente de California, fría, por debajo de los 15 grados; y la corriente Norecuatorial, que es templado tropical, los organismos no están muy adaptados a estas corrientes”.

“El fenómeno del Niño, aguas cálidas, nos afectan. Parecería que este evento da condiciones no óptimos para la vida de estos organismos, la temperatura se analizará”, dijo. Y es que se le conoce como tortuga boba por la lentitud con la que se desplaza.

“Expertos están estudiando el efecto en el comportamiento de los reptiles por aturdimiento por el frío, esto es el punto a analizar: la temperatura y su forma de catalizar en ellas para que no puedan evadir las redes o que su sistema inmunológico se deprima y sea afectada por enfermedades”, destacó.

Las tortugas marinas suelen caer en redes cuando están mal colocadas y forman una  especie de bolsa por el flujo del agua. Sólo con estirar la trampa o colocar, dijo, iluminación puedan alejarse porque son vulnerables a la intensidad de la luz.

Hasta ahora, ocho brigadista enviados por las dependencias que participan en el proyecto, iniciaron la verificación de artes de pescas (luz de malla), tipo de filamento, extensión de las redes, “y hasta ahorita llevamos el 60% por ciento de los permisionarios del padrón oficial (Conapesca)”.

Además, se colocan chips en las embarcaciones de los concesionarios, con la finalidad de determinar el esfuerzo pesquero (o el número de barcos que pescan en la zona): “después haremos pruebas de cuáles son los problemas que interactúan con las tortugas para tratar de hacer modificaciones que permitan que las tortugas no se enreden”.

Un hecho curioso que mencionó Salinas Zavala, es que en Bahía Magdalena, en la playa Cabo San Lázaro, es en donde se han descubierto más cadáveres del reptil marino y otras especies.

“Es en la parte norte de Bahía Magdalena, una playa extensa a la que acuden los restos de organismos (de diferentes especies) sino objetos flotantes. Vivimos en BCS y conocemos la playa el Malarrimo, es igual, porque llega todo por las corrientes oceánicas”, expresó.

El área de estudio limita desde las costas de Comondú hasta el Pacífico Norte en la comunidad pesquera de Punta Abreojos, en Mulegé. Las indagaciones comenzaron en Las Barrancas, Santo Domingo, La Posa Grande y López Mateos.

A mediados de año, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) presentó resultados del Estudio Sobre las Causas de Muerte de la Tortuga Amarilla (Caretta Caretta) en la Costa Occidental de Baja California Sur (Golfo De Ulloa), el cual, detalló:

Además de la mortalidad incidental por pesca, existen otros factores que en ciertos períodos pueden deteriorar el estado de salud de las tortugas y contribuir al aumento en las mortandades masivas observadas en la región”.

“Preocupado por ello, dado a que hay una presión internacional por esta mortandad disminuya, y que el gobierno mexicano cree políticas públicas encaminadas a esto, existe una necesidad del sector pesquero para dar elementos de que ellos no son realmente los únicos que provocan esta mortandad”, puntualizó.

Este tema mortandad de tortugas marinas es importante para Cibnor, porque fue abordado en su programa de divulgación científica a través de Tiempo de Ciencia.


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