Cibnor y Universidad de California investigan montañas submarinas en Espíritu Santo

Entre los principales resultados del ejercicio multidisciplinario, registraron que el tiburón martillo viaja hasta más de 1,000 metros de profundidad.
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La Paz, Baja California Sur (BCS). Científicos del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (Cibnor) y la Universidad de California, en Davis, Estados Unidos, investigó los cambios estacionales en la estructura organizativa de la comunidad de peces de la montaña submarina El Bajo Espíritu Santo, en el Parque Nacional Archipiélago de Espíritu Santo, a fin de generar conocimiento que permita administrar de manera adecuada el uso, manejo y conservación de los recursos naturales, para garantizar la práctica de turismo alternativo y pesca artesanal sustentable en los alrededores.

En el estudio se identificaron elementos que influyen en la alta productividad biológica y se documentó la diversidad de peces que se encuentran en la montaña, en condiciones normales oceanográficas, físicas y de temperatura.

Mencionó que los investigadores, se encuentran utilizando una metodología práctica basada en censos visuales y monitoreos estandarizados para determinar las especies dominantes en las diferentes temporadas del año.

“Encontramos que en esta montaña submarina la estructura de las especies cambia estacionalmente; tenemos una estructura de primavera, una estructura de otoño y una estructura de peces que está presente a lo largo del año”, mencionó Arturo Fabián Eduardo Muhlia Melo, líder de la investigación en México.

“Observamos diferentes familias de peces, los dorados y los picudos, los pargos desde los huachinangos, el pargo amarillo, el colorado, las lisas, etcétera, y tenemos de los escómbridos, es decir, los atunes aleta amarilla, aleta negra y guajo. También, ocasionalmente observamos tiburones. Tenemos una lista importante de especies dominantes en las diferentes estaciones del año”, precisó Muhlia Melo.

Así mismo, dijo que dentro de este estudio, se incluyó la observación, colocación y seguimiento de marcas ultrasónicas en diversas especies, como el tiburón martillo.

“Tenemos una red de monitores fijos sumergidos a 15 metros de profundidad, desde la montaña submarina de Las Ánimas hasta las Islas de Revillagigedo, que detectan con transmisores ultrasónicos el marcaje que colocamos en los organismos marinos y con eso registramos sus movimientos, de tal manera que podemos conocer la trayectoria de estos organismos a lo largo del tiempo y del espacio físico”, señaló Muhlia Melo.

Entre los principales resultados del ejercicio multidisciplinario, registraron que el tiburón martillo viaja hasta más de 1,000 metros de profundidad.

“Lo que detectamos con nuestra red de monitoreo de mayor amplitud son las rutas de desplazamiento de las especies, que nos permiten conocer otras montañas submarinas y áreas oceanográficas que visitan, si estas se van a aguas profundas, como el tiburón martillo, y cómo hacen uso del ecosistema, eso es conocimiento de frontera importantísimo”, finalizó Muhlia Melo.

Finalmente, aseguraron que es necesario mantener un monitoreo constante de las condiciones oceanográficas, la agrupación o presencia y ausencia de grandes depredadores y de la diversidad de especies marinas del lugar, para generar una base de datos que permita administrar los recursos naturales.


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