La Paz, Baja California Sur (BCS).Un grupo de investigadores de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS) diseñan un modelo de evaluación de la vulnerabilidad costera para determinar los efectos del cambio climático, el cual, permitirá una medición más precisa de la vulnerabilidad, por microrregión, en diversos ambientes costeros, de esta manera, los tomadores de decisiones podrán desarrollar políticas públicas para el desarrollo de medidas de mitigación y adaptación a eventos catastróficos.
“Proponemos una nueva serie de indicadores ambientales, sociales y económicos que, en conjunto con sistemas de información geográfica (SIG) y de percepción remota, nos permite determinar la vulnerabilidad de zonas costeras a tres amenazas de cambio climático: sequías, incremento de lluvias torrenciales y desborde de arroyos e incremento del nivel del mar”, mencionó el maestro en ciencias Arturo González Baheza, becario del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) para el desarrollo del modelo de vulnerabilidad costera, dentro del doctorado en ciencias marinas y costeras (Cimaco) de la UABCS.
El modelo se fundamenta en la evaluación de la presión, estado y respuesta, así como exposición, sensibilidad y capacidad de adaptación, de las zonas costeras ante eventos catastróficos y tiene una aplicación más eficiente que un programa de acción climático municipal, estatal o nacional de gran escala, que no favorece la canalización de esfuerzos humanos, recursos económicos e investigación en microrregiones.
Los especialistas han aplicado el modelo de evaluación en tres casos de estudio en Baja California Sur: Región de La Paz, acuíferos en Baja California Sur y Loreto, Baja California Sur, con el objetivo de calibrar el uso de indicadores ambientales, sociales y económicos. “Lo que hacemos es determinar cuáles de estos arroyos tienen mayor potencial de desbordarse en caso de una lluvia extraordinaria, porque las proyecciones de cambio climático mencionan que va a haber eventos más extremos de sequía y lluvias torrenciales».
“Existen muchos indicadores sociales y económicos generados por instituciones como el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) o el Consejo Nacional de Población (Conapo); sin embargo, hay muy poca información relacionada con indicadores ambientales que nos permiten conocer el estado actual de un sistema ambiental, como la flora y fauna, tipo de cobertura vegetal y del suelo, formas y relieves geológicos, entre otros […] esta información nosotros la obtenemos a partir de bases de datos de imágenes de satélite e índices especiales, como el normalizado de vegetación; por ejemplo, comparamos cómo estaba la vegetación de un año a otro, si ha disminuido o aumentado y si ha variado el tipo de vegetación, lo que nos permite saber si existe algún tipo de impacto por parte de las actividades humanas”.
En el caso de estudio de los acuíferos de Baja California Sur, utilizaron indicadores obtenidos de la base de datos de 30 y un estaciones climatológicas en Baja California Sur, asimismo construyeron índices compuestos que reflejan el grado en que un acuífero ha estado expuesto a sequías históricas, su sensibilidad derivada de las presiones ejercidas sobre el mismo y la capacidad de adaptarse a estos cambios.
Con información de Sin Embargo.Mx