La Paz, Baja California Sur (BCS). A pesar de tener muchos años de ser un ícono en la ciudad, la tradición de disfrazar cada temporada o festividad a la “Vaquita del Arámburo” –que en realidad es un toro– comenzó apenas hace 1 año aproximadamente; incluso, personas han venido de otras ciudades sólo a conocerla.
“De que yo tengo conocimiento, desde 5 años atrás […] desconozco, pero creo que fue en una Navidad que se le comenzaron a poner adornos, y pues, como dicen por ahí, pegó el cicle […] pero, ya del año se comenzó a poner de ley, ya cualquier ocasión que se venga ya se tiene que considerar”, platicó Dora Castro, coordinadora de la tienda, para BCS Noticias.
Desde hace mucho tiempo, los paceños han considerado a esta figura parte importante de la ciudad, desde el hecho de dónde está ubicada –arriba de la tienda comercial–, la resistencia a eventos climatológicos, la privilegiada ubicación céntrica. Pero, hasta hace poco, el comenzar a disfrazarla de manera regular, y no esporádicamente, ha cautivado a la población local, así como extranjera.
Cada temporada navideña, de fiestas patrias, San Valentín, era lo común ver un disfraz que llamaba la atención de los visitantes; no obstante, últimamente se le ha visto vestida de algo distinto, cuando hay un Carnaval, el Día de las Madres, el Día del Niño, Semana Santa, Halloween o Día de Muertos, Año Nuevo, Día del Padre, entre otras.
“Es trabajo en equipo, pero ya es decisión de gerencia si sí o no se le pone lo que se elaboró. Depende de la ocasión es o que vamos buscando en internet o a veces los gerentes ya tienen la visión de cómo la quieren. Por ejemplo, en Semana Santa, nos dicen ‘queremos algo playero’, y ya buscamos, y yo quería ponerle hasta una hielera, pero ya no le cupo”, contó.
El disfrazar a la Vaquita ya es una tarea formal, algo que se tiene que planear mes con mes. Incluso, los gerentes o jefes ya han pedido que se haga una planeación de lo que se le pondrá. “De hecho, ya tenemos que tener una programación de lo que le vamos a poner mes con mes”, dijo.
Para vestirla o aportar ideas de cómo quedará, es un trabajo en equipo, comentó la Coordinadora, pues no hay nadie en especial que se encargue de diseñar el vestuario, sino que todos aportan.
“Son los mismos compañeros, el anaquelero, el de frutería, la de servicio al cliente, o sea, nadie es exclusivo que sea diseñador de la vaca, somos todos en equipo […] a veces nos llevamos todo un día o un medio día, son de 2 a 4 compañeros que se suben y maniobran arriba, depende de lo que le vayamos a poner”.
“Te da gusto ver la emoción de los mismos clientes, ver a gente que viene a tomarle fotografías” dijo Dora Castro, sobre la respuesta de la gente al verla. “La verdad sí es divertido, lo disfrutamos, que no es juego, verdad, pero sí lo disfrutamos.
“La gente nos hace comentarios divertidos, también en las redes sociales, la mayoría son positivos, unos opinan o nos dan ideas de qué ponerle, los clientes se involucran”, añadió.
La fama de esta ha llegado a otros estados, donde personas han venido a conocerla cuando vienen a La Paz: Hace unos días vino una señora, no recuerdo de qué estado era, pero sí me dijo ‘vine a conocer la famosa Vaquita, y a comprar, obviamente”, dijo.
Finalmente, la coordinadora narró que una mujer se ofreció a pintarla sin costo, es decir, embellecerla o restaurar la pintura que se le ha caído debido al desgaste de los años, tanto por el clima, como por los trabajos al momento de disfrazarla.
