La Paz, Baja California Sur (BCS). Un grupo de investigadores de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS) realiza una evaluación sobre la estabilidad de los taludes -acumulación de rocas en acantilados- en el cerro El Bledal y sus posibles implicaciones en el desarrollo urbano, en la ciudad de La Paz.
El estudio se integra a un proyecto de mayor escala, el cual desarrolla una cartografía geológica urbana y suburbana, motivada por el intenso crecimiento de la ciudad de La Paz, explicó el catedrático de la UABCS, especializado en geología estructural y tectónica. Dr. Ernesto Ramos Velázquez.
Asimismo, dijo que, el objetivo del proyecto es determinar si existe un riesgo geológico, asociado al desplazamiento de rocas en conjuntos habitacionales construidos en zonas próximas a las laderas.
“El problema principal es que un sector considerable de la población se está yendo a vivir a lugares cada vez más peligrosos, en donde las pendientes son cada vez mayores o hay obras mineras antiguas, canteras que se generaron para extraer material de construcción para el propio crecimiento de la ciudad […], por tanto, existe mayor inestabilidad de las rocas”, explicó.
Las zonas de estudio son antiguas canteras abandonadas en las que se encuentran taludes artificiales formados a causa de la extracción de bloques para la industria de la construcción.
Por su parte, el geólogo Luis Francisco Flores Camacho, señaló que el cerro El Bledal fue un banco de extracción de riodavita -roca volcánica extrusiva de composición intermedia entre dacita y riolita- utilizada para hacer grava para la construcción durante la década de los 80’s.
El estudio se realizó en el cerro El Bledal, localizado en el sur de la ciudad de La Paz, entre las colonias Ampliación Mezquitito y Península Sur. En una zona de las faldas del cerro existen casas habitación; en otra, un desarrollo habitacional por construir; en la cima un contenedor o pila de agua, una iglesia y algunas residencias.
Presentaba 3 taludes artificiales y 2 naturales, los primeros mostraron signos de baja calidad y estabilidad de la roca, pero no precisamente críticos; los segundos mostraron una adecuada estabilidad, comentó el geólogo.
En las superficies inclinadas artificiales (talud) observamos un factor importante, la presencia de fracturas aumentaron de manera crítica, mientras que en los taludes naturales se encontraron procesos geológicos naturales con un patrón a seguir. Sin embargo, en los artificiales los patrones son erráticos y la incidencia de inestabilidad aumento”, señaló Flores Camacho.
Finalmente, se destacó que los investigadores incluyeron 3 factores externos que tienen potencial de influir en condiciones del suelo y aumentar el riesgo de deslizamiento de roca, entre los cuales están la actividad sísmica de la región; el embate de fenómenos meteorológicos con altas precipitaciones y la actividad antropogénica, como desmonte y traza de caminos, extracción de rocas, entre otros.
“En la mayoría de los casos, la mejor solución es reubicar los bloques inestables con maquinaria o voladuras controladas. En ingeniería siempre se evalúa el costo-beneficio de cada obra. la técnica que se pueda utilizar depende del uso que se le va a dar” concluyó Ramos Velázquez.
Con información de Conacyt Prensa
