La Paz, Baja California Sur (BCS). La propuesta de crear una Secretaría de Cultura a nivel federal, presentada por el presidente Enrique Peña Nieto, se podría “prestar a muchos caprichos de los políticos”, además de que los recursos destinados al fomento cultural seguramente “van a bajar”, advirtió el escritor guanajuatense Eduardo Antonio Parra, durante su última visita a La Paz.
“Creo que no va a haber mucha variación, pues hasta donde yo entiendo, el Consejo para la Cultura y las Artes, el Conaculta, siempre ha actuado más bien como Secretaría, pero probablemente cuando ya no sea Consejo los recursos van a bajar, porque en el monstruo que es el Conaculta los sueldos los paga la SEP y el presupuesto que se le da es para proyectos, pero si se le da un presupuesto propio, directo, se le va a ir más de la mitad en sueldos”.
Además, opina Eduardo Antonio Parra, esta Secretaría de Cultura “se va a prestar a muchos caprichos de los políticos”, aunque “ya se han venido dando desde hace mucho”, dice, lamentando que en México “nunca se siguen las recomendaciones de la Unesco, que dicen que el presupuesto recomendado para la cultura debe de ser el uno por ciento del producto interno bruto, cuando en México no se llega ni a eso”.
Y es que esta propuesta del presidente Peña Nieto ha causado polémica en el entorno artístico nacional, principalmente manteniendo manifestaciones en contra, como las ocurridas durante el Festival Internacional Cervantino, celebrado en Guanajuato, donde reconocidos músicos se manifestaron con mantas de rechazo durante la interpretación de sus conciertos.
Por otro lado, el escritor habló sobre la calidad literaria de los escritores contemporáneos en México, observando en éstos un talento de orden universal, además de catalogar a la literatura sudcaliforniana como parte de los movimientos propios del noroeste del país.
Antonio Parra visitó La Paz para ofrecer un taller de cuento auspiciado por el Fondo Regional para la Cultura y las Artes (Forca), donde también confesó que tiene al menos dos novelas en puerta, una de ellas de corte histórico.
“Tengo que escribir en los hoteles y escribo poco cuando ando de viaje, y casi siempre ando de viaje, así que necesito hacerme espacios muy amplios, decir ‘en los próximos tres meses no voy a hacer nada, es más, ni siquiera voy a estar ni en la Ciudad de México, me voy a esconder por ahí en una casa que me presten o en algún lado donde pueda escribir’, para poder concentrarme cien por ciento […] Yo decía antes ‘hay que escribir aunque la familia perezca’, y lo hacía, ahora ya no tengo familia, entonces ya no hay nadie que vaya a perecer […] Tengo muchas cosas empezadas, yo trabajo muchas cosas, hasta que una me jala definitivamente, tengo dos o tres novelas empezadas, un libro de cuentos que va más avanzado, y tengo un libro de ensayos.”
