La Paz, Baja California Sur (BCS). Es difícil imaginar una posada navideña sin una piñata. En La Paz, la señora María León García es una fabricante con más de 15 años de experiencia en el tema, quien aseguró que a pesar de la transformación de formas, figuras, tamaños, y colores, el 85 % de los paceños aún busca la tradicional de 7 picos, representando una temporada donde aumenta la demanda hasta 4 veces más que en épocas normales, aseguró.
“En los demás días del año también se vende muy bien, cumpleaños, días patrios, días festivos, pero en Navidad, todo mundo anda incluso peleándose por una piñata, ya los últimos días de las posadas, para festejar la mismaNavidad, Año Nuevo, hasta en Día de Reyes las buscan, mas o menos si aumenta como el cuádruple de lo que yo vendo el resto del año”, dijo.
La vendedora comentó que últimamente, se han buscado mucho piñatas más personalizadas, desde las figuras navideñas de Santa Claus, Renos y Pinos hasta latas de cerveza y personajes como el presidente Enrique Peña Nieto y el candidato presidencial de Estados Unidos, Donald Trump, fabricadas de cartón, engrudo, papel maché y papel de diferentes colores para decorar.
Se pueden encontrar piñatas desde los 50 pesos y hasta 350, dependiendo del tamaño y capacidad de cada una —de 5 hasta 25 kilogramos—, además del diseño de las mismas ya que existen algunas con decorados sencillos y otros más elaborados.
El simbolismo que existe detrás de las piñatas es variado, y hay diferentes creencias, la más popular sostiene que cada uno de los picos representa uno de los 7 pecados capitales, los cuales deben ser vencidos por medio de la fe y al quebrar la piñata se obtienen dulces y frutas como símbolo de la recompensa divina. Por cierto, el contenido de una piñata suele ser frutas de temporada como cacahuates, naranjas, y dulces preferidos del consumidor.
Sin embargo, la piñata no es una tradición original mexicana, su primera aparición según comenta la experta, se dio en China, donde era tradición que, en la ceremonia de Año Nuevo se confeccionara la figura de una vaca cubierta con papeles de colores y llena de semillas, los mandarines golpeaban con varas la figura para esparcir por el campo su contenido, para después cultivar lo sembrado, posteriormente se quemaba el papel y las cenizas se guardaban, pues se consideraban de buena suerte.
Se le atribuye a Marco Polo conocer las piñatas en Oriente y llevarlas a Italia en el siglo XII, donde adopta su nombre actual «pignattas» que significa «olla» y en Europa, se le dio a la piñata un enfoque religioso y para aplicar el primer domingo después del Miércoles de Ceniza, se le llamaba «Domingo de Piñata», y consistía en quebrar una olla de barro con papeles de colores rellena de dulces, con los ojos vendados.
Las piñatas llegan a México por medio de los colonizadores españoles, con fines evangelizadores, pues su ambiente festivo atraía a la gente a las ceremonias religiosas, relató. La comerciantes concluyó indicando que «hoy en día, la piñata es como una tradición nacional, que se ha mantenido a través de los años, y sobre todas las festividades, y a pesar de que pasó de barro a cartón, hay algunos que las hacen con globos, yo creo que es de esas costumbres bonitas, que debemos conservar».
