Mulegé, Baja California Sur (BCS). Los obreros de la Exportadora de Sal de Guerrero Negro (ESSA) acordaron bajar su ritmo de trabajo, como protesta ante la solicitud de demanda de destitución del director de esa paraestatal, Xavier Lazcano Díaz, a quien acusan de no estar apto para ocupar el cargo y como presión para que esa compañía invierta en infraestructura, maquinaria y mantenimiento, una situación a la que se suma el adeudo de 194 millones de pesos que por concepto de utilidades no ha pagado la empresa a sus trabajadores desde el año 2008.
En ese sentido, los trabajadores comentaron que, de prolongarse este movimiento hasta diciembre, la compañía podría registrar una drástica disminución de hasta un 40 % en la producción de sal que actualmente es de 9 millones de toneladas anuales, según dio a conocer el líder del sindicato de la ESSA, Luis Martín Pérez Murrieta; en caso de no pagar las utilidades atrasadas una vez que se agote la controversia legal a la que ha acudido la empresa, podría incluso ir a la quiebra debido al cuantioso monto del crédito fiscal que se le habría de fincar, anotó.
El dirigente sindical denunció una serie de anomalías que en mayor o menor medida han afectado a la empresa, entre las que destaca la falta de inversión en infraestructura, en equipo, en máquinas y herramientas; denunció sueldos de asesores que ganan hasta 136,000 pesos mensuales, compra de maquinaria inadecuada, juicios perdidos hasta por 7 millones de dólares, contratos inflados, aumentos de hasta 300 % en algunos rubros de gasto corriente, reparaciones ficticias que solo existen en facturas, y falta de atención de parte del director hacia los trabajadores, entre otros.
Acompañado del secretario de Trabajo y Conflictos, Marco Aurelio Ángel, y del secretario del Exterior, Javier Talamantes, el dirigente salinero acudió a principios de esta semana a la Ciudad de México para presentar ante la Secretaría de Hacienda una objeción a las utilidades declaradas en el año 2016 por la Exportadora, ya que a pesar de haber tenido la misma utilidad del año anterior, a los trabajadores les repartieron 14.6 millones de pesos menos; en ese sentido, Pérez Murrieta citó que en el año 2006 la empresa dio 706 millones de pesos de utilidades al gobierno federal y 300 a la Mitsubishi, pero además a la compañía japonesa se le pagó el 3 por ciento sobre ventas, que en términos reales representa el 50 por ciento de las utilidades de la ESSA.
Esta situación fue expuesta por la dirigencia sindical ante el subsecretario de Minas de la Secretaría de Economía, Mario Alfonso Cantú Suárez, en un reciente encuentro que sostuvieran en la ciudad de México, al que le reiteraron su petición de que la empresa invierta en infraestructura, sustituya al actual director de la compañía y ponga al frente a alguien con capacidad para el cargo, y quien tan solo en el 2016 gastó 18 millones de pesos por concepto de asesorías.
Finalmente Pérez Murrieta citó las declaraciones de Lazcano, quien dijo haber encontrado una empresa “en terapia intensiva” y anunció que iba a poner orden, pero le recordó que esta situación no es por causa de los trabajadores sino de las malas administraciones y la ausencia de inversión.
Con información de Elías Medina / El Sudcaliforniano
