La Paz, Baja California Sur (BCS). Un grupo de personas se reunieron en la estatua de la Paloma Gorda en el corredor turístico de La Paz, para recordar el 46 aniversario de uno de los hechos que han marcado la memoria del México contemporáneo.
La tarde del 02 de octubre de 1968, durante el periodo del presidente (priista) de México en aquella época, Gustavo Díaz Ordaz, cerca de 300 jóvenes que se manifestaban en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, DF, fueron asesinado por militares y miembros del Estado Mayor.
Quienes protestaron en la capital, no fueron muchos. Sin embargo, en sus gritos resonaba aún el recuerdo de aquellos estudiantes que fueron acribillados. La razón todavía no es clara, pese al tiempo que pasó.
El contingente de activistas sociales, estudiantes sindicalistas y ciudadanos, sostenían pancartas con mensajes en contra de aquellos que, piensan, fueron los culpables del crimen y que ahora son quienes gobiernan México en la actualidad.
La versión oficial del gobierno de Díaz Ordaz aseguró que el “incidente” había sido un complot de agentes radicales de ideología comunista que anhelaban estropear el principio de los Juegos Olímpicos.
En 1968, no sólo alumnos de las principales universidades caminaron por días, con ellos padres de familia, obreros, profesores y más, avanzaban para exigir mayor autonomía universitaria, libertad a los presos políticos, fin de la represión estatal y mejores condiciones laborales.
En 2014 el conjunto de personas era menor, pero los ánimos no decayeron mientras los discursos en alusión a la represión gubernamental federal, aún persiste y es cosa de todos los días. Los representantes del Comité Seccional Democrática del SNTE, sección III, cantaban las clásicas consignas contra el PRI.
El escenario de la capital paceña sirvió para que las reformas estructurales de Enrique Peña Nieto, una vez más, fueran severamente criticadas por considerarlas una afrenta a la sociedad mexicana y, sobre todo, a la población sudcaliforniana.
