Escapan adictos de centro de rehabilitación de Comondú; querían «desaparecerlos», dicen

Dos hombres aceptaron venir de Tijuana al CRREAD de Ciudad Insurgentes; denuncian que encontraron maltratos, golpes, incluso intento de ahorcamiento
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Ciudad Constitución, Baja California Sur (BCS). A principios de esta semana, Trinidad y Armando escaparon del Centro de Recuperación y Rehabilitación para Enfermos de Alcoholismo y Drogadicción, A.C. (CRREAD) de Ciudad Insurgentes, al norte del municipio de Comondú; fueron a Derechos Humanos de Ciudad Constitución –y ante medios– para hacer una denuncia por maltratos en dicho centro, que iban desde golpes y trato como «esclavos», hasta intentos de «desaparecerlos», según sus testimonios.

Entrevistados por separado por Contrastes de Comondú, los hombres coincidieron en señalar que se habían internado en un centro de rehabilitación de Tijuana, Baja California, siendo invitados a participar como «servidores» por los directivos del CRREAD de Ciudad Insurgentes –cuyo encargados es «José Manuel Castigo», y a nivel estatal, Filiberto Hernández–; ellos aceptaron la propuesta y fueron trasladados desde hacía casi un mes, primero a Guerrero Negro y luego a Insurgentes, sin embargo, refieren que los adictos en recuperación son tratados como «esclavos».

Trinidad contó que al llegar al referido CRREAD le dieron «la instrucción de que quien no hiciera el trabajo rápido le diera una patada», con lo que no estuvo de acuerdo, por lo que le quitaron esa «responsabilidad», lo pusieron a hacer trabajos de limpieza general, y según su testimonio, «al tardarse en hacerlo lo pateaban»; hacía tres días que empezó a sentirse mal, siendo atendido por el médico pero «nunca le llevaron el medicamento, empezando a sentir más fuertes dolores y haciendo sangre, llevando a no cumplir con los trabajos».

Debido a que no podía «trabajar», prosigue en su relato, alrededor de las 17:00 horas del pasado lunes, «lo golpearon entre varias personas, entre ellas Manuel Castillo, siendo quien más agresivo se portó, al estrellarle la cabeza contra el piso, poniéndolo de brazos para atrás y lo amarraron, con cinta color gris, para sacarlo más tarde en un pick up con cabina, subiéndolo en la parte de atrás».

Al salir de la ciudad estaba un retén de militares, y al verlo en tal circunstancia, los directivos del CRREAD dijeron que estaba así por que «era rebelde y lo llevaban a otro centro»; sin embargo, el personal del Ejército Mexicano, lo bajó del vehículo y le quitaron la cinta de la boca para escuchar su versión, ordenando que lo dejaran libre; posteriormente el hombre caminó al norte, quedándose a dormir en un lote baldío. El denunciante sostiene que la intención de los directivos del Centro era desaparecerlos.

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A las 4:00 horas de la madrugada de ayer, el ex interno siguió su camino y al llegar a una estación de gasolina, se encontró a su compañero Armando, quien estaba pidiendo raite. Logrando llegar a Ciudad Constitución y dirigirse a Derechos Humanos para exponer su denuncia y la situación que vivieron en el centro de rehabilitación.

Por su parte, Armando también pasó por circunstancias similares. Contó que fue invitado a ser «servidor» en el CRREAD de Ciudad Insurgentes, proveniente de Tijuana, diciéndoles «que nada les faltaría, lo cual fue mentira, además del maltrato que recibieron él y otros 4 compañeros que trajeron juntos». Señaló que los tenían trabajando «como esclavos, llevando a agarrar una enfermedad, llenándose de granos en todo el cuerpo, sin tener atención medica y por decir que ya no querían estar allí, los meten a una celda de castigo, donde los golpean salvajemente, inclusive queriendo ahorcar«.

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En su testimonio cuenta que «como yo me di cuenta de todo lo que el hicieron a mi compañero (Trinidad) y como se lo llevaron en el carro, todo golpeado, entra un servidor a mi celda y sin darme oportunidad de ir al baño, me baja de la celda, donde me esperaban varios servidores, para sacarme a patadas del centro, porque tuvieron miedo que atestiguara a la policía de lo que vi, siendo entonces cuando empecé a caminar y más tarde llego a la estación de gasolina y en la madrugada veo a mi compañero llegar, relata el ex interno».

Con información de Contrastes de Comondú.


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