Estrella Navarro, la paceña que rompió dos récords en buceo libre en las Bahamas

Con 29 años, Estrella Navarro batió el récord de inmersión libre con aleta del Bahamas Vertical Blue 2014 al llegar a los 65 metros de profundidad
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La Paz, Baja California Sur (BCS).  En el fondo del mar las horas no transcurren igual. Por culpa de este elemento, el espacio entre los segundos crece. Se ralentiza. Estrella Navarro lo entendió cuando vio la gran mantarraya nadando por encima de ella; comprendió, entonces, la dilatación del tiempo.

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La imagen persiste en ella, una de tantas que ha experimentado como apneísta profesional. Sí: practica apnea o buceo libre, un deporte extremo cuyo objetivo es lograr sostener la respiración en las profundidades. Entre más dura con los pulmones retacados de aire, más podrá adentrarse en la oscuridad del abismo oceánico… casi infinito.

Con 29 años, Estrella Navarro rompió dos récord nacionales del Bahamas Vertical Blue 2014: uno de inmersión libre con cuerda hasta alcanzar los 55 metros y en peso constante (nadando con una monoaleta en estilo de delfín) hasta llegar a los 65 metros de profundidad tras nadar 2 minutos 10 segundos; en alberca es diferente, sin moverse, llega hasta los 6 minutos.

En el torneo hay tres disciplinas: con mono aleta, sin aleta estilo pecho y con cuerda de seguridad hacia el fondo. Ella compitió por cuatro días. Al principio no fue fácil. Además, ganó medalla de bronce de la competencia internacional.

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Primero me dieron una tarjeta amarilla en lugar de una blanca, estaba rompiendo reglas; luego una tarjeta roja y me descalificaron, esta vez, porque hice un error por cuestiones de seguridad: los plomos abajo del traje de neopreno, y deben ir arriba, pero me incomodaba e ideé un arnés que puse por fuera; la tarjeta amarilla me la dieron porque no solté la cuerda de seguridad antes de meter la nariz, por miedo a corrientes no la solté, y me descontaron cinco puntos.

A más de cinco años, todo inició al conocer a un israelí, entrenado por las fuerzas armadas de ese país, y con quien comenzó adentrarse en la extraordinaria inmensidad del Golfo de California. Todo porque la miró nadar: el mismo estilo que utilizan los deportistas de apnea. Al día siguiente de hablar, ella empezó el adiestramiento de su cuerpo a la presión que aumenta mientras más te adentras en el agua.

Aprendió a compensarse. A controlar su organismo: la sangre en las venas, el aire en los pulmones, los fluidos del cuerpo, porque sumergida está a merced de la presión atmosférica. La experiencia era nueva, aunque su papá entrenaba natación y, prácticamente, como dijo “aprendí primero a nadar que a caminar”, pese a la buena relación con el mar, desconocía esa forma de relacionarse con el mar; aquel israelí le mostraba una cara nueva.

Las primeras veces que descendió, alcanzó solo cuatro metros. No lograba compensar. En varios intentos no pudo hacer mucho, pero el israelí recomendó dejar la leche. Cosa que resultó: inició su descenso a las profundidades. Primero 12 metros, 20 metros, 25 metros, 30 metros…hasta que consiguió romper su primer récord. A los seis meses batió todas las marcas existentes.

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Cuando llegué a los 20 metros, todo se puso oscuro, entonces, me regresé. Después me dije ‘supera eso’. Fui más profundo, pero sentía no tenía aire, y cuando iba de regreso, sentí que tenía otra vez: se había comprimido. Luego me preparé sicológicamente, ‘ve por más’; volver fue más fácil, superé esas barreras, expresó en exclusiva a BCS Noticias.

A varios años de distancia, la niña paceña que creció en la colonia Indeco, la que jugaba a los hoyitos, al futbeis y al basquetbol, logró consolidarse como una de las mejores apneístas de México.

Además, es bióloga marina por la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS), época que difícilmente puede olvidar. “Cada fin de semana con mis amigos, era el mejor fin de semana de mi vida, porque nos íbamos a ver ballenas, delfines, a isla Espíritu Santo, prácticas de campo”, recordó.

Antes de dedicarse al arriesgado deporte, a su corta edad, en 2008, se convirtió en Nuestra Belleza Baja California Sur. “No me arrepiento, fue bien pensado”, arguyó. Ya le habían ofrecido que participara, pero antes de iniciar su carrera, por ello, se negó. Sin embargo, los organizadores insistieron cuando terminaba su tesis de licenciatura. “Para escribir donde sea”, dijo. Entonces, conoció el mundo de las pasarelas, el mundo de las caras embadurnadas de maquillaje y peinados descomunales. Acepta que fue una época interesante; “aprendí bastante, algunas cosas superficiales, pero útiles”.

Aprendí a manejarme en públicos grandes, pues estar ante 9 mil personas, en vivo a nivel nacional, en bikini y tacones, caminando y sonriendo, aparte hablar bien: después de eso, nada te da miedo, dijo en tono de broma.

Por ahora, tras conseguir la certificación como instructora internacional de apnea, los ojos de Estrella están puestos en el Campeonato Mundial de Apnea de Profundidad AIDA 2015, el cual, se llevará a cabo del 11 al 20 de septiembre.

El tiempo es muy relativo. El ritmo cardiaco baja, la percepción del tiempo cambia muchísimo. Cuando estaba buceando, de regreso, volteo hacia arriba: la manta gigante estaba arriba de mí, y el tiempo se detuvo… se detuvo unos segundos, supongo, no sé cuánto paré, pero es una escena en la que sigo pensando.

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